«Lo hemos perdido todo, menos la salud y la alegría». Son palabras de Ruth Soto, ferrolana de cuna y valenciana de adopción desde 2006, que durante la madrugada de este miércoles veía cómo su negocio, situado en un bajo comercial de la localidad de Paiporta, en Valencia, era arrasado por las brutales riadas que dejaba el paso de la DANA por este pequeño pueblo. «Quedó hecho un amasijo de barro, no nos queda nada», se lamenta a través del teléfono.

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