Los bombardeos y operaciones militares diarias de Israel contra el Líbano, que ya han acabado con la vida de más de 2.700 libaneses, están resquebrajando también los delicados equilibrios internos entre las comunidades étnico-religiosas que habitan en el país medio oriental, ya enfrentadas en el pasado en sangrientos conflictos. Esto se desprende de diversas declaraciones realizadas en los últimos días, especialmente de líderes e integrantes de la comunidad de los cristianos maronitas, una de las más grandes y políticamente influyentes en el país, junto con los drusos y los musulmanes chiíes y suníes.

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