El presidente del Govern, Salvador Illa, ha hecho un llamamiento a los países del Mediterraneo a regular el turismo y frenar así los efectos derivados de un exceso del mismo. «El 30% del turismo mundial se concentra en los países de la mediterránea, debemos regularlo si no queremos que parte de la ciudadanía se queje de sus efectos perniciosos», ha declarado en la apertura de la decimooctava edición de la MedaWeek Barcelona, celebrada esta semana en la Casa Llotja de Mar de Barcelona y que reúne a representantes políticos y económicos de una cuarentena de estados.
Illa está acentuando estos días su perfil más ‘business friendly‘. Hace menos de una semana organizaba un acto bajo el lema ‘Catalonia, your home for business and technology’ y en el que mimó a las principales multinacionales instaladas en Catalunya. Y este martes se ha dirigido únicamente en inglés a un auditorio repleto de consejeros delegados de empresas y representantes de organizaciones económicas y políticas para estrechar lazos comerciales.
«El ‘Mare Nostrum‘ no es una barrera, sino un espacio de cooperación y conexión, económica y cultural», ha afirmado; en un discurso que, a diferencia del resto de representantes políticos que han intervenido, ha sido netamente en inglés.
No obstante, Illa también ha hecho un llamamiento a la cooperación para no morir de éxito y repartir la bonanza que recursos naturales como el sol y el viento -«no todo el mundo los tiene»- generarán a futuro vía energía renovable. Así como en materia de turismo.
«Debemos reducir las desigualdades y generar suficiente prosperidad en todos los países de la Mediterránea», lo que implica «repartir esa prosperidad» y evitar así ese «drama» de miles de muertes que se producen cada año de migrantes que tratan de cruzar a Europa huyendo de la miseria o la guerra.
Llamado a la cooperación y la paz
En plena escalada bélica efectuada por Israel en el contexto de su invasión a Gaza y sus ataques sobre el Líbano, líderes empresariales y políticos han discutido en Barcelona el impulso de nuevas rutas de cooperación económica y de paz entre Oriente y Occidente. El foro, impulsado por Ascame (Association of the Mediterranean Chambers of Commerce and Industry, en inglés) y la Cambra de Comerç de Barcelona, busca abordar los desafíos económicos, sociales y logísticos para devolver al Mediterráneo un papel de liderazgo global.
El cuarto teniente de alcalde de Barcelona y responsable de Economia, Jordi Valls, ha remarcado la relevancia del mercado mediterráneo, valorado en 1,1 billones de euros, su posición como segundo socio comercial de la Unión Europea y la relación en términos de energía y alimentación, “extraordinariamente importante” para todas las orillas.
En la misma línea, el presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, Josep Santacreu, ha resaltado la necesidad de generar un “proyecto competitivo” que potencie el mercado mediterráneo y atraiga operadores internacionales que inviertan en la región. En palabras de Santacreu, el reto es ayudar a África a ser un “puente para hacer una buena colaboración” con un continente que vive una explosión demográfica y que será clave para garantizar, a futuro, con su trabajo los estados del bienestar europeos.
El presidente de Ascame, Ahmed El Wakil, ha señalado que esa transición demográfica y productiva creará “millones de empleos en las próximas décadas” y que ello supondrá un reto crucial para el desarrollo sostenible y la estabilidad de la región. Según El Wakil, estos cambios deben ir acompañados de políticas y estrategias de integración para fortalecer la cooperación entre los países mediterráneos.
Los diferentes representantes han compartido que esa relación de prosperidad será imposible si no se instaura la paz en todas las orillas del Mediterráneo. “No podemos hacer la vista gorda ante el horror. […] Es necesario abrir nuevas canales de diálogo”, ha afirmado el coordinador general de Ascame, Anwar Zibaoui.
Por su parte, el delegado especial del Gobierno en el Consorcio de la Zona Franca, Pere Navarro, ha subrayado el papel de la reindustrialización como un factor clave para el desarrollo económico en la región. Esta estrategia buscaría crear empleos, mejorar la competitividad y consolidar la región mediterránea como un núcleo de innovación industrial.
