Desde que la pasada semana salieran a la luz con nombres y apellidos las acusaciones contra Íñigo Errejón, la periodista Cristina Fallarás, que recibió el mensaje anónimo que desencadenó la polémica y desembocó en la dimisión del político, está en el ojo del huracán. En las últimas horas, su nombre ha vuelto a ser objeto de comentario al conocerse que el próximo 11 de noviembre se publica un libro suyo, titulado No publiques mi nombre. No han faltado quienes han acusado a Fallarás de activar interesadamente el caso Errejón en vísperas del lanzamiento para favorecer su difusión. Algo que la activista se ha apresurado a desmentir en su recién recuperado perfil de Instagram –tras la clausura temporal que le impuso Meta–.
«Vamos a ver, compañeras, que esto me pilla un poco cansada, como comprenderéis», comienza su explicación en un vídeo publicado en la red social. «Efectivamente va a salir un libro el mes que viene, el 11 de noviembre, que se titula No publiques mi nombre. Recoge testimonios en lo que llevo trabajando bastante más de un año, de mujeres que han relatado las agresiones sexuales que han vivido o siguen viviendo». Según explica Fallarás, la obra recopila «un millar de relatos», algo así como «el 10 por ciento» de los que ella y la red de mujeres activistas a la que pertenece han recibido en los últimos años. El objetivo del libro es recoger y «preservar» los testimonios de mujeres que no tienen acceso a las redes sociales y de que quede constancia de ellos más allá de las mismas. Lo «lo pueden borrar todo» y «nosotras no podemos permitirlo», ha asegurado.
Sospechas propias de «miradas torticeras»
Su libro, ha insistido, «no sale al calor de lo de Errejón», sino que es el resultado de «meses y meses de trabajo hecho de manera voluntaria, de manera activista, sin cobrar un duro». Además, los derechos de autor los gestionará por contrato la entidad sin ánimo de lucro a la que pertenece Fallarás, Acción Comadres. Los beneficios que dé la venta del libro, «si es que da», se reinvertirán «en el relato de las mujeres».
«Me da vergüenza tener que contar esto», concluye Fallarás, que ha lamentado que haya «miradas torticeras» que intentan torpedear su «trabajo por una sociedad mejor». Pero «me encuentran muy fuerte», ha advertido. «Ahora ha saltado lo de Errejón pero que no se preocupen, saltarán muchos más y seguiremos haciendo charlas, coloquios, libros, acciones, todo lo que podamos, porque estamos empeñadas en que el relato de las mujeres se preserve».