La periodista y escritora Cristina Fallarás ha anunciado este domingo el lanzamiento de su nuevo libro, No publiques mi nombre, una recopilación de decenas de testimonios anónimos de mujeres víctimas de violencia sexual. La obra, que estará disponible en librerías el próximo 20 de noviembre, surge en respuesta al cierre temporal de su cuenta de Instagram en febrero de 2024, donde durante años había compartido relatos de mujeres sobre agresiones y abusos. Con el temor de perder estos testimonios, Fallarás decidió recopilarlos en un libro como una herramienta de lucha contra la violencia de género.

La obra ha cobrado especial relevancia esta semana, después de que uno de los testimonios compartidos por Fallarás desencadenara la dimisión de Íñigo Errejón, exportavoz de Sumar en el Congreso. En las últimas semanas, Fallarás ha continuado publicando testimonios que mencionan a Errejón, y aunque su cuenta de Instagram fue suspendida temporalmente, fue restaurada tras la apelación de la periodista y el revuelo social que suscitó la medida. Fallarás ha expresado su preocupación en una entrevista con RTVE: “Desde que publiqué el primer testimonio sobre Errejón, he recibido miles de mensajes con relatos de agresiones sexuales cometidas no solo por él, sino también por políticos, personas de la cultura y periodistas”.


Uno de los testimonios compartidos, y que ha tomado un papel central en la controversia, narra un episodio con Errejón “hace diez años, en pleno boom de Podemos”. La denunciante relata un encuentro en el que el político supuestamente empleó un lenguaje de control humillante y mostró un comportamiento insistente en prácticas sexuales no consensuadas. Además, destaca la manera de comunicación de Errejón, quien usaba Telegram con un sistema de mensajes que se autodestruían tras su lectura, un hecho que generó suspicacia en varias de las mujeres.

Otro testimonio recoge la experiencia de una “compañera de militancia” que mantuvo una relación intermitente con Errejón hace varios años. Esta mujer describe un patrón de comportamiento en el que el político supuestamente la presionaba para enviarle fotografías íntimas, imponía prácticas sexuales sin preservativo y mostraba actitudes de control a través de exigencias y protocolos de comunicación.

La controversia se ha avivado con la publicación de un tercer testimonio en el que otra mujer narra un episodio en el que Errejón habría intentado forzar prácticas sexuales no consensuadas, pese a su negativa explícita. “Me pidió perdón, pero después vino el castigo de su desaparición”, relata la denunciante, señalando que el político reapareció de manera intermitente solo para reiterar su interés sexual en ella.

Íñigo Errejón en una imagen de archivo. EP


El lanzamiento de No publiques mi nombre de Fallarás coincide con un momento de tensión en el ámbito político y social español. La dimisión de Errejón y las acusaciones en su contra han provocado un terremoto político, mientras la periodista denuncia una creciente campaña de desprestigio hacia su persona y el cierre temporal de su cuenta como intento de silenciar los testimonios. Sin embargo, Fallarás sigue firme en su propósito: “Quiero que el mundo escuche a estas mujeres, que sus voces no sean borradas”.

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