«No podemos caer en el error de no reconocer que estamos en una nueva etapa política». Así se ha pronunciado el expresident Carles Puigdemont en su primer discurso como nuevo presidente de Junts. Justo el día que se celebra el séptimo aniversario de la declaración unilateral de independencia, una fecha nada casual, Puigdemont ha reclamado dejar de «resistir» y «pasar a la ofensiva». «Ahora toca salir a jugar un nuevo partido», ha afirmado el expresident, después de ser reelegido con el 90% de los votos en el congreso de Junts, aunque la participación en la votación no ha llegado al 50%.
El congreso del partido ha servido para reordenar internamente el partido y prepararlo para la nueva etapa, centrada en confrontar con el Govern de Salvador Illa, que ha definido como un gobierno «españolista y hostil», y también negociar con el PSOE, de tú a tú. Puigdemont vuleve a partir de este lunes a tomar las riendas del partido, acompañado de su núcleo duro y con una dirección donde la mitad de las caras serán nuevas.
La nueva hoja de ruta de Junts, aprobada también este domingo como un 99% de apoyos, afianza la nueva estrategia de negociación con el PSOE. El mismo texto la define como «inevitable» dado el contexto actual. Es cierto que el documento también defiende «mantener en tensión» al Gobierno y «plantarse» si los acuerdos alcanzados «se rompen unilateralmente o se incumplen de forma reiterada». Sin embargo, no hay ningún mecanismo para evaluar con la militancia su apoyo a Sánchez, a diferencia la consulta interna que acabó con su salida del Govern en 2022.
Además, la única enmienda que pedía romper con el PSOE fue retirada a última hora y ya no llegó ni a debatirse en este congreso. Lo que sí se incorporó es una referencia a que Junts no renuncia a la unilateralidad. La dirección aceptó incorporar esta enmienda, a pesar de asegurar que este concepto ya aparecía en el texto, aunque con otros términos.
El congreso también ha servido para definir la nueva posición de Junts en cuestiones como el fenómeno migratorio, la seguridad, la problemática de la vivienda o la política fiscal. La nueva hoja de ruta de los posconvergentes propone que el catalán sea un requisito para «renovar los permisos de residencia y trabajo» y habla de una «reducción justa» de los impuestos de sucesiones o patrimonio, tratando de encontrar un término medio entre las posiciones más liberales del partido, que querían su eliminación, y las corrientes más próximas a la izquierda.