«Estuve antes en el Bernabéu. Jugué allí ya con el Bayern hace mucho tiempo. Y no pasó nada» explicó Hansi Flick en rueda de prensa cuando le preguntaron por ‘los extraños sucesos’ que pasan en el estadio blanco. El entrenador azulgrana no quiso entrar en polémicas arbitrales y recordó la única vez que pisó el Bernabéu como jugador en 1988.
El 16 de marzo de ese año, Real Madrid y Bayern de Múnich se verían las caras en los cuartos de final de la Champions League. Los madridistas buscaban revancha de las semifinales del curso anterior, donde fueron barridos por los bávaros en Alemania (4-1). Un partido que pasó a la historia por el pisotón del mítico Juanito a Matthäus.
Flick ya formaba parte del equipo muniqués ese curso, pero no fue convocado para ninguno de los dos encuentros. Su oportunidad ante los blancos llegó al año siguiente.
Con 23 años recién cumplidos, el de Heidelberg salió como pivote titular en el Bernabéu con la misión marcar a Emilio Butragueño. Según las crónicas de la época, el partido fue una auténtica carnicería. El mismo Flick terminó con golpes por todo el cuerpo, pero el golpe más grande fue anímico. Los merengues consiguieron remontar el 3-2 de los bávaros y se clasificaron para las semifinales. El Madrid rompía así una maldición contra su bestia negra en Europa por primera vez.
Flick, protagonista en el primer gol blanco
Corría el minuto 26 de la primera parte cuando Hansi Flick derribó levemente a Butragueño en la frontal del área. Una polémica falta que terminó costándole el primer gol al Bayern de Múnich y posteriormente la eliminatoria de la Copa de Europa.
Ese sería el último gran partido de Flick en competiciones europeas. Dos años después y muy mermado por las lesiones, ficharía por el Colonia. Donde con 28 años pondría punto y final a su etapa de profesional pasando sus últimas temporadas en el FC Bammental de categorías inferiores alemanas.