El que fuera hasta este jueves portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, ha aparecido por primera vez desde que abandonara todos sus cargos y la actividad política después de que pesaran sobre él graves acusaciones por violencia machista y abusos sexuales, agravadas aún más tras la denuncia presentada contra él por la actriz Elisa Mouliáa.

El ex diputado de Sumar compartió en redes sociales un comunicado anunciando su dimisión, y en dicho mensaje, achacó su dimisión a la «salud mental». Sin embargo, la coincidencia en tiempo y forma con diferentes rumores sobre comportamientos sexuales impropios hizo que se ataran cabos con mucha celeridad, y acto seguido, llegaron la denuncia de Mouliáa, nuevos testimonios y el reconocimiento expreso, por parte de Errejón, de que los rumores eran ciertos. Ahora, un día después, el político ha reaparecido saliendo de su casa de Lavapiés, y se ha metido rápidamente en la parte de atrás de un coche con los cristales tintados sin responder a la prensa que estaba aguardando a las afueras del inmueble.

«Costará levantar cabeza»

Voces de Sumar señalan que el empujón del nuevo curso parlamentario, donde estaban abanderando medidas sociales y cobrando más protagonismo en el Congreso, queda anulado con esta crisis. De hecho, argumentan que la derecha está aprovechando este flanco para atacarles y que continuarán en esta senda durante días: «Nos va a costar levantar la cabeza, nos van a dar hasta el carnet de identidad», resume un diputado.

Por su parte, la líder de Más Madrid y ministra de Sanidad, Mónica García, ha calificado de «horroroso y demoledor» todo lo que rodea a las denuncias contra el exportavoz, indicando también que «desgraciadamente» no han sabido hacer suficiente ante ello. Uno de los primeros efectos de esta polémica es que la formación madrileña ha decidido desconvocar su Cumbre de Otoño que tenía previsto celebrar en otoño.

La tónica general entre todas las organizaciones de Sumar es de «shock«, como remarcan varias fuentes, y asumen la gravedad del momento para el socio minoritario del Gobierno, pues este duro golpe se suma al revés que ya sufrió el proyecto tras el último ciclo electoral y los roces pretéritos entre partidos.

Todo ello, unido también al choque por el modelo organizativo, donde Sumar ha rebajado su pretensión de ser paragüas de organizaciones de izquierda a apostar, junto con sus principales socios, a un modelo más horizontal mediante una mesa de partidos. Por ejemplo, hay voces en la coalición que admiten el impacto «brutal» en términos políticos, además de confianza entre las partes de la confianza del electorado.

 

Fuente