Íñigo Errejón anunciaba el pasado jueves su dimisión como portavoz del Grupo Parlamentario Plurinacional de Sumar y su escaño en el Congreso, así como todas sus responsabilidades políticas. «Llevo tiempo trabajando en un proceso personal y de acompañamiento psicológico, pero lo cierto es que para avanzar en él y para cuidarme, necesito abandonar la política institucional, sus exigencias y sus ritmos», escribía Errejón en un comunicado en el que aseguraba que su dimisión estaba relacionada con su salud mental.


El exportavoz de Sumar, Íñigo Errejón, acusado de violencia machista

Sin embargo, poco después se conocía que su dimisión venía poco después de que salieran a la luz unas acusaciones de violencia machista. El propio expolítico ha admitido a su exgrupo parlamentario que estas acusaciones son ciertas. Ha sido la periodista Cristina Fallarás quien ha ha dado la voz de alarma a través de su cuenta de Instagram, donde ha publicado el testimonio de varias mujeres.

Pero parte del debate se está centrando ahora en otro aspecto: ¿quién conocía, y desde cuándo, estas acusaciones contra Errejón? Y es que, en distintos medios, se ha llegado a decir que esto ya se sabía, e incluso que era un secreto a voces dentro del partido y el círculo de Íñigo Errejón.

Lee también

Sin embargo, fuentes de Sumar han asegurado que conocieron esta información el pasado martes 22 de octubre. Según ha avanzado ‘El Confidencial’, la secretaria de Organización de Sumar, Lara Hernández, telefoneó a Íñigo Errejón para preguntarle si el personaje político al que el testimonio anónimo de una mujer hacía referencia en la cuenta de Instagram de la periodista Cristina Fallarás, en el que le describía como «un maltratador psicológico, un verdadero psicópata, un monstruo», se trataba de él.

Las respuestas del exdiputado de Sumar provocaron la petición, en esa misma conversación, de que dimitiera inmediatamente de todas sus responsabilidades políticas. Posteriormente, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, le transmitió el mismo mensaje.

Horizontal

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz conversa con el exportavoz parlamentario de Sumar, Íñigo Errejón

J.J.Guillen / EFE

Las fuentes de Sumar, asegura el citado medio, niegan que estas denuncias fueran un secreto a voces y que estuvieran tratando de taparlo. Sin embargo, sí que han reconocido que eran conscientes desde hace unos meses de que Errejón había iniciado un proceso de terapia para controlar distintas adicciones, entre ellas, una adicción al sexo.

El mismo Errejón publicaba el pasado jueves en su comunicado de dimisión que estaba «trabajando en un proceso personal y de acompañamiento psicológico». Ahora, desde Sumar, explican que el acusado «no podía controlarse» y que el proceso de terapia «le iba mejor, pero no lo suficiente».

Horizontal

La dimisión de Íñigo Errejón se hizo pública el pasado jueves 24 de octubre

JUAN CARLOS HIDALGO / EFE

El citado medio también ha publicado que las fuentes de Sumar aseguraron que el partido contactó con algunas de las mujeres que se habían pronunciado sobre el caso, como la actriz Elisa Mouliaá, que ya ha interpuesto una denuncia contra Íñigo Errejón por agresión sexual.

El diputado pidió al equipo de Sumar que le dejaran un día, el pasado miércoles 23 de octubre, para poder gestionar este asunto con su familia y preparar su salida de la política. Es por este motivo que su carta de dimisión se retrasó hasta el pasado jueves, cuando se hizo pública a través de redes sociales.

El jueves por la mañana, Yolanda Díaz volvió a hablar con Errejón. En esta conversación, aseguran fuentes de Sumar, que tenían claro que él iba a marcharse sin resistencia, además, aseguran que, de no haber dimitido, le habrían echado.



Fuente