Telefónica, Avatel, Vodafone y MasOrange. Los cuatro ERE que hemos vivido este año en el sector de las telecomunicaciones en España han hecho que los sindicatos enciendan sus alarmas, hasta el punto de dibujar un panorama «desolador» para un sector estratégico, y un futuro incierto para las compañías y los trabajadores.

Hasta el momento la que se ha mantenido al margen de todo esto ha sido Digi. Su apuesta por el low cost le ha llevado a convertirse en la cuarta operadora de España, y a no dejar de crecer tanto en portabilidades como en nuevas altas. En el último año le ha robado una media de 100.000 clientes al mes a sus competidores, y actualmente ya prestan servicio para más de 7,5 millones de usuarios en nuestro país. Pero los agentes sociales han puesto la lupa sobre ellos.

«La situación del sector este año ha sido altamente preocupante. Solo nos queda esperar al ERE de Digi, que es la única operadora de gran calibre que falta«, resume Ramona Pineros, trabajadora de Telefónica y secretaria de acción sindical en el sector de las telecomunicaciones de CCOO. Preguntada directamente por esta cuestión, Pineros relata que no tienen noticias de ningún tipo. «Pero cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar. Si todas las operadoras están rebajando personal o los gastos laborales…», desliza.

La portavoz de CCOO considera que Digi ya ha cubierto en gran parte la extensión e implementación de su red. Y asegura que, aunque al principio necesitaban mucha gente para realizar ese trabajo, el despliegue está siendo cada vez más «reducido», y en paralelo están apareciendo otras necesidades desde el punto de vista comercial. «Pensamos que el perfil evolutivo de una empresa como Digi tiene muy poco recorrido, así que en algún momento podrían darnos una sorpresa. Por eso estamos muy al tanto siempre y estaremos en todo momento en primera línea. Además, somos el sindicato mayoritario dentro de la compañía», sostiene.

Diego Gallart, trabajador de Vodafone y responsable de la acción sindical de Vodafone, Orange y Avatel en UGT, prácticamente clava las palabras de Pineros: «El modelo de Digi tiene fecha de caducidad. Esperemos que no acabe en un ERE, pero nos cuesta pensar que no será así. Están basándolo todo en su fuerza para desplegar recursos técnicos propios, algo que les ofrece algunas ventajas respecto a otros operadores. Pero es un modelo finito. Llegará un momento en el que no podrán desplegar más fibra, y ahí tendrán que tomar una decisión sobre lo que hacer».

Desde la propia compañía lo niegan categóricamente: «Digi es un proyecto empresarial a largo plazo, sostenible y que integra toda la cadena de valor. De este modelo deriva que nuestra oferta laboral está caracterizada por la contratación directa del personal que necesitamos para cubrir todas nuestras funciones y actividades operativas: comercial, despliegue de red, operación y mantenimiento, y atención al cliente entre otras». 

Para la empresa, los resultados que han obtenido durante los últimos años «respaldan» ese modelo: «Gracias a la inversión constante en redes de fibra óptica de última generación, Digi ha mejorado de forma continuada su rentabilidad operativa (margen EBITDA 19,5% a junio de 2024) durante los últimos años, con perspectivas a mantener esta tendencia».

En ese sentido, explican que actualmente cuentan con más de 8.000 empleados, 1.000 de los cuales han sido contratados en el último año, y disponen aún de más de 500 vacantes abiertas. «Todo esto refleja nuestro firme compromiso con la generación de empleo directo y de calidad, entendido como aquel que permite al empleado vincularse a un proyecto estable, desarrollar una carrera profesional dentro de la organización y acceder a retribuciones competitivas basadas en sus méritos», señalan.  

Las peticiones de los sindicatos

Pineras cuenta que desde CCOO llevan años pidiéndole a la operadora rumana «por activa y por pasiva» que mejore su interlocución con los sindicatos y establezca un convenio de empresa nacional, porque actualmente la compañía tiene uno diferente para cada provincia, lo que provoca que «las condiciones de los trabajadores sean muy distintas». «Hay muchos frentes de discusión que no logramos sacar adelante. Tendríamos que homogenizar las condiciones de los empleados y solucionar algunas cuestiones específicas», apunta.

La empresa tiene otra visión: «Digi mantiene una conversación cordial y fluida con los sindicatos, quienes, en ese marco de diálogo, nos han trasladado su interés por promover una negociación de un convenio colectivo propio de ámbito nacional. Actualmente los empleados de Digi están acogidos bajo convenios colectivos provinciales, en línea con el crecimiento progresivo que la compañía ha experimentado durante los últimos años en el territorio nacional, y reflejando las realidades laborales propias de cada zona».

Más allá de la operadora rumana, lo cierto es que el sector está atravesando un momento complicado. «El informe Draghi ya señaló la incoherencia de seguir apostando por una regulación que está destruyendo a las operadoras europeas, porque esta situación se está viviendo en todo el continente. Por comparar, EE.UU tiene 350 millones de habitantes y solo cuatro operadoras. En Europa, entre operadoras y virtuales, hay más de 450 marcas. Es insostenible», afirma Gallart. «En España además es el único sector deflacionista. En cualquier otro ámbito la gente está contenta si no le suben los precios. Aquí piden directamente que los bajen», recalca.

Las cuentas de UGT muestran que en los últimos 10 años el sector ha perdido 50.000 puestos de trabajo, muchos de los cuales eran de personas bien formadas y que recibían a cambio una buena remuneración. «Hacemos lo que podemos para contener el tsunami», reiteran desde CCOO, al tiempo que detallan que están en contacto con el Gobierno para elaborar próximamente una «hoja de ruta» compartida con los agentes sociales para atajar este problema.

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