Este Real Mallorca es insaciable. Lo atestiguan sus diecisiete puntos en la tabla tras diez jornadas disputadas, su competitividad en cada partido y la ilusión que desprende en cada entrenamiento. Pero quiere más. Y este lunes ante el Athletic Club (21 horas) tiene una oportunidad inmejorable para despegar definitivamente en la tabla y colocarse por derecho propio entre los aspirantes a competir en Europa el curso que viene.
«Entre la ilusión y la euforia hay distancia todavía», aseguró Jagoba Arrasate tras la pasada victoria ante el Rayo Vallecano. «Aún es pronto para hablar de Europa», afirmó Muriqi, goleador frente al conjunto madrileño. Pero lo cierto es que los bermellones se empeñan en cada partido que pasa en rellenar el tarro del optimismo.
El choque ante los de Ernesto Valverde, un equipo diseñado para competir por clasificarse en Liga de Campeones y hacer un buen papel en Europa League y Copa del Rey, puede significar un antes y un después en esta Liga. Perder no sería ningún drama, empatar rebajaría la euforia y ganar sería dar un salto de gigante.
Para empezar, ambos equipos llegan al choque con idénticos puntos en la tabla y mismo número de victorias y derrotas, siendo los bilbaínos más efectivos de cara a puerta (diecisiete goles por los diez del Mallorca), pero menos sólidos en defensa (once tantos encajados por los ocho de los bermellones). Por otro lado, sumar los tres puntos supondría acabar la jornada como mínimo en quinta posición, pudiendo adelantar al Villarreal si no consigue ganar en su compromiso a domicilio frente al Valladolid.
Y mucho más importante, atendiendo al objetivo número uno del equipo, con apenas once jornadas disputadas habría alcanzado el cincuenta por ciento de la salvación. Por poner en perspectiva, el curso pasado finalizó la primera vuelta con 18 puntos, lo que habla de los grandes números que se están cosechando en esta.
El partido ante el Athletic, especial también por verse las caras tras la final de la Copa del Rey, supondrá también un choque de estilos. No tan diferenciados como el día de la Cartuja, pero sí en conceptos a la hora de atacar y defender. Los de Ernesto Valverde, apoyándose en la velocidad de sus atacantes, apuestan por un ritmo de partido frenético, con ideas y vueltas continuas atosigando a su rival. Un escenario de partido en el que los de Arrasate no se sienten del todo incómodos, y más este curso, en el que están aprovechando más las transiciones ofensivas para hacer daño al contraataque.
Son Moix, a pesar de que hay riesgo de lluvia durante el choque, espera con ganas el duelo, sabedor de la importancia de este partido y más con el rival que hay enfrente. La fortaleza del Athletic reside principalmente al jugar como local, por lo que toda ayuda de la grada empujará al Mallorca en su búsqueda de la tercera victoria consecutiva en casa.
Con un comienzo un poco irregular ante su público, el conjunto bermellón está empezando a hacer de Son Moix un fortín. Empató ante el Real Madrid y Sevilla y cayó de forma cruel ante el Villarreal. Desde entonces, ha vencido a la Real Sociedad y al Rayo Vallecano –ambos partidos por la mínima– y quiere alargar su buen momento de forma con un nuevo triunfo que le serviría para igualar su mejor racha de esta temporada tras los tres partidos consecutivos en los que vencieron a domicilio a Leganés, Betis y Valladolid.
El choque ante el Athletic Club pondrá fin a la undécima jornada en una semana cargada para el Mallorca, ya que tan solo cuatro días después abrirá la duodécima con la visita al Alavés en Mendizorroza y el reencuentro con un viejo conocido como Luis García Plaza.
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