Iraq ha decidido fortalecer su capacidad aérea mediante la compra de 12 aviones de combate Dassault Rafale a Francia, en un acuerdo que asciende a unos 3.200 millones de dólares.

Este avance ha sido reportado por varios medios árabes, destacando el esfuerzo de Iraq por modernizar su fuerza militar. Además de los cazas Rafale, Iraq también obtendrá un sistema de radar Ground Master, clave para consolidar una red de vigilancia aérea eficiente.

Según el diario financiero francés La Tribune, el Ministerio de Defensa iraquí está revisando sus planes para incrementar su flota de aviones de combate multifunción. El presupuesto destinado para la adquisición ya ha desembolsado un primer pago de 240 millones de dólares. No obstante, el acuerdo establece que Iraq no realizará pagos en efectivo; en su lugar, proporcionará petróleo a Francia como forma de pago. Este innovador método refleja la abundancia de recursos naturales de Iraq, así como sus estrategias económicas actuales.

Los nuevos Rafale se sumarán a la flota de cazas F-16 de origen estadounidense que conforman el núcleo de la Fuerza Aérea iraquí. En los últimos dos años, Francia ha registrado un notable incremento en las exportaciones de los aviones de combate Rafale, duplicando sus ventas.

Este éxito se debe principalmente a la alta calidad de los aviones, además de las condiciones comerciales ventajosas negociadas por Dassault Aviation, en conjunto con el Ministerio de las Fuerzas Armadas de Francia.

Iraq refuerza sus capacidades militares con Rafale

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Además de adquirir los 12 aviones de combate Rafale, Iraq ha encargado recientemente 12 helicópteros de transporte Airbus H225M Caracal, lo que incrementará significativamente sus capacidades militares.

Estos helicópteros, junto con dos modelos renovados, serán entregados a la Aviación del Ejército iraquí, marcando una mejora notable en sus operaciones de transporte.

El Rafale es conocido por su versatilidad y sus avanzadas prestaciones. Está diseñado con un ala delta y propulsado por dos motores Snecma M88, lo que le permite alcanzar velocidades de hasta Mach 1,8 y operar a altitudes de 50.000 pies. Además, su alcance operativo de aproximadamente 1.000 millas náuticas puede ampliarse considerablemente con tanques de combustible externos, haciéndolo apto para una variedad de misiones que van desde la superioridad aérea hasta el apoyo terrestre e incluso la disuasión nuclear.

El avión destaca también por su avanzada aviónica, en la que el radar RBE2-AA con tecnología de matriz de barrido electrónico activo (AESA) permite rastrear múltiples objetivos simultáneamente, proporcionando a los pilotos una completa conciencia situacional. Este sistema se complementa con el Spectra, una solución de guerra electrónica que ofrece protección frente a diversas amenazas.

La cabina del Rafale está equipada con pantallas digitales de última generación y controles manuales de acelerador y palanca (HOTAS), que optimizan las operaciones y reducen la carga de trabajo del piloto.

Este conjunto de adquisiciones y mejoras refuerza las capacidades operativas de las Fuerzas Armadas iraquíes, que buscan modernizar su flota aérea en diversos frentes.

Iraq moderniza su defensa aérea con Rafale

Rafale

En cuanto a armamento, el Dassault Rafale ofrece amplias capacidades. El caza es capaz de transportar diversos tipos de armamento, incluidos los misiles aire-aire Mica y Meteor, además de municiones guiadas de precisión como la bomba láser GBU-12 y el misil de crucero SCALP, diseñado para misiones de ataque profundo.

El Rafale destaca también por su versatilidad operativa, ya que puede funcionar tanto desde bases terrestres como desde portaaviones, lo que lo convierte en un recurso clave tanto para la Armada como para la Fuerza Aérea de Francia.

La decisión de Iraq de adquirir los Rafale no es simplemente una transacción económica, sino un cambio estratégico que busca reducir su dependencia del apoyo militar estadounidense. En un contexto en el que Bagdad intenta afirmar su autonomía, la compra de estos avanzados cazas envía un mensaje claro a Washington, especialmente en medio de las discusiones sobre la presencia de tropas en la región.

El hecho de que Iraq haya optado por pagar los cazas con petróleo refleja su intención de proteger sus intereses económicos en un escenario global incierto, marcado por la inflación y las consecuencias de la guerra en Ucrania.

Esta adquisición plantea importantes interrogantes sobre el impacto de los Rafale en la seguridad regional. Iraq no solo moderniza su flota aérea, sino que también fortalece su defensa en un contexto de inestabilidad en Oriente Medio. Con su capacidad para ejecutar una variedad de misiones, desde la superioridad aérea hasta el apoyo terrestre, el Rafale será un activo crucial en la protección de la soberanía de Iraq.

El acuerdo Rafale entre Irak y Francia abre puertas a futuras colaboraciones

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Rafale

Este acuerdo de adquisición del Rafale sugiere que podrían surgir futuras colaboraciones militares entre Irak y Francia. A medida que se estrechan los lazos militares, es probable que veamos más transacciones relacionadas con sistemas y tecnologías militares adicionales. Francia, con su amplia experiencia en la provisión de soluciones militares integrales, podría ofrecer nuevas plataformas y servicios para mejorar aún más la eficacia operativa de la Fuerza Aérea iraquí.

Sin embargo, la integración del Rafale en la estructura militar de Irak presentará desafíos tanto logísticos como técnicos. Al ser una plataforma altamente compleja, la capacitación de los pilotos y del personal técnico será esencial para garantizar su correcto funcionamiento. Iraq deberá invertir en entrenamientos especializados, simuladores avanzados y soporte técnico para maximizar el potencial operativo del nuevo avión.

En los últimos años, Iraq ha enfrentado dificultades para mantener su flota de F-16 debido a la escasez de repuestos y de personal experimentado. Esta situación resalta la importancia de contar con los recursos e infraestructura adecuados para que la integración del Rafale sea exitosa y sostenible. Con una inversión adecuada en estos aspectos, Iraq podrá superar los obstáculos que encontró previamente con su flota de F-16 y asegurar la operatividad plena del Rafale.

Iraq moderniza su infraestructura para integrar los cazas Rafale

Rafale M: el avión de combate francés que hace temblar a Rusia
Operado por Flottille 12F, Aeronavale, con base en Landivisiau. Visto durante una rutina de exhibición práctica en la Base Aérea de Zaragoza, España, durante el NATO Tiger Meet (NTM) de 2016.

La infraestructura actual de Iraq será un factor clave para el éxito de la integración de los nuevos aviones Rafale. Aunque Iraq cuenta con bases militares, estas instalaciones necesitarán mejoras significativas para poder dar soporte a aviones de combate tan avanzados como el Rafale. La modernización de las instalaciones terrestres y de los equipos de mantenimiento será esencial para garantizar que las aeronaves se mantengan operativas.

Es probable que Iraq deba implementar nuevos procedimientos técnicos y mejorar las condiciones de sus bases militares para cumplir con los exigentes requisitos de mantenimiento que demanda esta plataforma compleja. Para lograrlo, será fundamental una estrecha cooperación con Francia, que no solo asegurará el mantenimiento adecuado de las aeronaves, sino que también podría generar beneficios a largo plazo para ambas naciones.

En resumen, la adquisición de los aviones Rafale por parte de Iraq marca un avance significativo en sus esfuerzos por modernizar su ejército. Este acuerdo no solo refuerza la capacidad de su fuerza aérea, sino que también fortalece su autonomía estratégica. A medida que evoluciona el entorno geopolítico, el impacto de esta compra irá mucho más allá de las mejoras militares inmediatas, afectando la posición de Iraq en la región y sus relaciones con las principales potencias internacionales.

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