“Agradezco de corazón al gobierno del Principado la concesión de la medalla y a la ciudad de Oviedo del título de Alcaldesa Honoraria. Los recibo con respeto y con la certeza de que, como lo sintió mi padre hace casi 40 años, significan algo muy importante: el compromiso que adquiero, que me guía y me guiará siempre para ser merecedora de estos reconocimientos”. Así se expresó la Princesa Leonor al recibir la Medalla de Asturias este jueves de manos del presidente, Adrián Barbón, y después de haber sido honrada primero en un breve acto solemne en el Ayuntamiento ovetense. “Llevo a Asturias en mi corazón”, añadió la heredera de la Corona, que inicia así su viaje institucional al Principado con motivo de la entrega de los premios Princesa. Y lo hizo con un gran baño de multitudes por las calles de Oviedo, y un paseíllo entre el Ayuntamiento y el edificio histórico de la Universidad en el que no dudo en pararse a saludar a todo el mundo que se apostó para verla.
La hija de los Reyes estuvo arropada en el edificio antiguo de la Universidad de Oviedo, en pleno centro de la capital, por una amplia representación de autoridades del Principado (todo el gobierno en pleno a excepción del consejero Ovidio Zapico, de IU) y más de una veintena de alcaldes, además de personas del mundo de la empresa, la cultura y el deporte, y autoridades civiles, militares y religiosas. Ignacio Villaverde, Rector de la Universidad de Oviedo, ejerció de anfitrión, y el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, representó al Gobierno central.
También estuvieron los expresidentes asturianos Pedro De Silva, Juan Luis Rodríguez Vigil, Antonio Trevín y Javier Fernández. Se da la casualidad que De Silva fue el encargado en 1986 de darle la Medalla de Asturias a su padre, el hoy Rey Felipe VI , a lo que se refirió Leonor. El acto también contó con los estudiantes con mejores expedientes en FP, Ebau y Bachillerato, además de representantes de varios clubes deportivos asturianos. No faltó la Mujer Rural de Asturias de este año, la astrofísica allandesa González. Entre los invitados hubo algunas Medallas de Asturias de este año. Y entre ellos, el cardenal Ángel Fernández Artime.
“Los asturianos me habéis acompañado en muchos momentos importantes de mi vida ¡Cómo no voy a sentirme a gusto aquí!”, dijo Leonor, que una hora antes, a escasos metros, recibió el título de Alcaldesa Honorífica de Oviedo en el Ayuntamiento.
La Princesa ofreció un emotivo discurso, con referencias a sus orígenes asturianos: “Mi familia asturiana es muy asturianona, ya me entienden”. Desveló que muchas veces visitó el Principado con sus padres y su hermana Sofía de pequeña: “Las dos hemos sido muy felices aquí”. La Princesa repasó algunos de sus mejores recuerdos en el Principado junto a su hermana en un discurso muy cercano, en el que no evitó desvelar anécdotas o confesiones como su gusto por los oricios. «Tengo sangre asturiana, y eso no solo imprime carácter. Es un orgullo y una alegría«, enfatizó.
El presidente del Principado, Adrián Barbón, intervino antes para ofrecer a la Princesa la medalla, “símbolo que renueva una relación de siglos entre nuestra tierra y la Corona”. En un discurso en el que mezcló el castellano con el asturiano y el eo-naviego, ofreció a Leonor la medalla “que representa este pueblo que tan bien conocéis” y que “para nosotros tiene un gran valor”. Tras firmar en el Libro de Oro de la Universidad, la Princesa se dirigió al patio del Edificio Histórico donde compartió un aperitivo con todos los presentes.
La Princesa ya es Alcaldesa de Oviedo
Treinta y seis años y diez días después de que su padre, el Rey Felipe, recibiera el título de Alcalde honorario de Oviedo, su primogénita, la Princesa Leonor, reeditó este jueves al mediodía la misma ceremonia y recogió los mismos atributos en un acto solemne, breve e impregnado de asturianía.
Minutos antes del mediodía, la plaza del Ayuntamiento ya estaba acordonada para la llegada y la línea de saludos. El público, una mezcla de turistas y vecinos curiosos en día de mercado, se agolpaba detrás de las vallas esperando la entrada de la comitiva.
Doña Leonor apareció, con un retraso de media hora que puso a prueba el fervor monárquico de los espectadores, desde Trascorrales. Llevaba un traje azul cielo con camiseta negra. El presidente asturiano, Adrián Barbón, el Alcalde Canteli, la delegada del Gobierno, Adriana Lastra, y el presidente de la Junta, Juan Cofiño, recibieron a la heredera al trono de España. Los saludos se repartieron a miembros de la corporación municipal (todos salvo IU) y a la multitud (centenares de personas) que desbordaba el perímetro de la plaza.
Ya dentro del salón de Plenos, Doña Leonor apareció con las autoridades, sonriente, y ante un pequeño estrado formado por los concejales de la corporación. Le acompañaba también el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática Ángel Víctor Torres. El secretario del Ayuntamiento, Jesús Fernández de la Puente, dio lectura al acta del pasado 7 de octubre por el que se le concede el título de Alcaldesa honoraria ”por la vinculación familiar e institucional» con la ciudad y en “reconocimiento público del compromiso que ha manifestado hacia Asturias y su capital” como presidenta de la Fundación Princesa de Asturias. Doña Leonor escuchó atenta, con un gesto sereno, mirando de hito en hito al fondo de la sala (decorada como suele con los cuadros de los monarcas asturianos) y cruzando puntualmente las manos por delante del cuerpo.
Tras la lectura del acta de concesión del título, apenas un minuto y diez segundos, Alfredo Canteli le entregó los atributos de su condición de Alcaldesa Honoraria: el medallón con el escudo municipal, que un militar de Casa Real ayudó a abrochar por detrás del cuello de la Princesa: la insignia corporativa y el bastón de mando.
Doña Leonor posó luego con todos y charló brevemente con Canteli, Barbón y el ministro Torres. Después se desplazó al despacho del Alcalde para firmar el libro de honor. Cuando abandonó el Ayuntamiento, camino del edificio histórico de la Universidad para recibir la medalla de oro de Asturias, una placa gemela a la que descubrió su padre hace 36 años y diez días lucía ya con su nombre y el recuerdo de la concesión de su título de Alcaldesa, en el vestíbulo de entrada al edificio consistorial. En la plaza, el público volvió a volcarse con ella. Leonor, princesa de Asturias, era ya Alcaldesa de honor de Oviedo.
Presidente, ministro, autoridades, queridas asturianas y asturianos.
Os confieso que vine muchas veces con mi madre y mi padre a Asturias durante mi niñez. Mi familia asturiana es muy asturianona, ya me entienden, y pude desde bien pequeñina conocer los bosques de oriente y dar paseos largos entre aquellos carbayos y castaños que ya forman parte de mi infancia. Nuestra bisabuela nos contaba a Sofía y a mí cómo era la Asturias en la que vivió y formó su familia. Disfrutamos mucho con sus historias de la radio de aquella época. Recorrí playas preciosas, conocí montes, valles y pueblos increíbles, incluso me aficioné a los oricios ante la cara de extrañeza de mi hermana… ella es más del patruncu, aunque a mí también me gusta… Las dos hemos sido muy felices aquí. Y lo somos cada año cuando venimos a impulsar los valores que promueve la Fundación Princesa de Asturias.
Por eso hoy me siento tan agradecida y por eso esta mañana de otoño es tan especial para mí. Agradezco de corazón al gobierno del Principado Asturias la concesión de la Medalla del Principado y a la ciudad de Oviedo del título de Alcaldesa Honoraria. Lo recibo con respeto y con la certeza de que, como lo sintió mi padre hace casi 40 años, significan algo muy importante: el compromiso que adquiero, que me guía y me guiará siempre, para ser merecedora de estos reconocimientos.
Recuerdo que fue emocionante en mi primer viaje oficial de 2018 visitar a la Santina, la virgen de Covadonga, en Cangas de Onís. Y tampoco olvidaré la primera vez que, ante el atril del teatro Campoamor, recibí un aplauso tan cálido, que fue como un abrazo. Así que puedo decir que los asturianos me habéis acompañado en muchos momentos importantes de mi vida. ¡Cómo no voy a sentirme a gusto aquí!.
Por eso estas palabras son para vosotros, para todas las personas de esta tierra que me habéis arropado siempre, que me regaláis vuestro cariño y me hacéis sentir acogida y feliz en todas las ocasiones. Llevo a Asturias en mi corazón. Y siempre será la patria querida que dice el himno, la tierra que da nombre al título que me designa como Princesa y, por tanto, servidora de España, y el lugar de origen de mi familia materna. Lo dije en mi primer discurso en Oviedo, en 2019: tengo sangre asturiana. Y eso no sólo imprime carácter: es un orgullo y una alegría. Y por eso quería que vosotros, los asturianos, fueseis los protagonistas de estas palabras en este día de reconocimientos y que las sintáis como el abrazo que yo os doy ahora como aquel que me brindasteis después de mi primer discurso.
Muchas gracias.
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