Su sede social continúa en Euskadi. Es su lugar de origen, donde nació la compañía. Primero como Hidroeléctrica Ibérica en 1901, con apenas una pequeña pero innovadora central hidroeléctrica en Gipuzkoa. Más tarde, en 1944, se fusionó con Saltos del Duero y pasó a denominarse Iberduero. Faltaban tres décadas para que una nueva fusión, esta vez con Hidroeléctrica Española, alumbrara la actual compañía: Iberdrola. Ocurrió en 1992 y desde entonces la eléctrica no ha dejado de crecer. Lo hizo primero en España y después fuera de ella. Hoy, en pleno debate sobre el futuro del sector en España por el impacto del ‘impuestazo’, la radiografía del negocio de la compañía arroja datos reveladores. Sin duda, el más clarificador es que hace tiempo que Iberdrola dejó de mirar fundamentalmente a España. Hoy, prácticamente el 60% de la energía renovable que produce lo hace fuera de nuestro país.

La presentación ayer de los resultados de la compañía, referida a los nueve primeros meses del año, muestran el buen comportamiento de la misma. Los beneficios de enero a septiembre alcanzaron los 5.471 millones de euros, un 50% más que el mismo periodo del año pasado, son un reflejo evidente. También en ellos se vislumbra el impacto de su negocio exterior. Cierto es que la culpable de buena parte de ese incremento son los ingresos extraordinarios que supusieron la venta de la mitad del negocio que tiene en México, al desprenderse de 13 centrales con capacidad para 8.539 MW/h.

Pese a que por ahora el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, duda de que el impuesto provisional sobre las energéticas se convierta en definitivo, las amenazas de traslado de inversiones al exterior han comenzado a ser una realidad. Lo ha hecho la petrolera Repsol, que esta semana ha anunciado que levantará una planta de producción de hidrógeno prevista para España en Portugal. El riesgo de ‘fuga’ de de inversiones sobrevuela la decisión que el Ejecutivo quiere aprobar pero para la que el apoyo aún está en el aire por el rechazo que suscita en formaciones como Junts.

Además de nuestro país, Iberdrola cuenta con mercados fundamentales donde opera como son Estados Unidos, Reino Unido y Brasil, además de una presencia menor en otros mercados internacionales. Entre todos ellos, durante los nueve primeros meses de este año Iberdrola produjo 100.942 GWh. Supuso una caída significativa de producción del 19,6% en términos globales, sin duda determinada por la reducción de su actividad en México.

¿Qué tipo de energía produce y dónde?

Sin duda, España representa el centro de su actividad, pese a su creciente internacionalización. En nuestro país Iberdrola ha producido durante los nueve primeros meses del año el 46% de su energía. Mercados como el estadounidense se sitúan como el más relevante tras el español, con un 18,4% del total de producción mundial y un leve incremento en el último año. Brasil representa cerca del 9% y Reino Unido el 5%. Hasta septiembre México alcanzaba un peso de casi el 16% de la producción.

La apuesta por la descarbonización y las energías limpias es uno de los ejes de la transición energética en la que está inmersa la industria. Sectores como el energético vienen potenciando las inversiones por la producción limpia y sostenible. Iberdrola, que incluso tiene frentes abiertos con petroleras como Repsol por un presunto caso de “blanqueo ecológico” o publicidad falsa, mejoró un 7,4% la producción de renovables hasta septiembre.

El 63% de la energía que produjo en todas sus plantas fue renovable. La mayor parte la produjo fuera de España, de donde salieron 37.638 GWh entre enero y septiembre de este año frente a los 25.660 GWh que se generaron en sus plantas españolas.

La energía eólica es sin duda la gran apuesta de Iberdrola. Representa más de la mitad de la energía que produce en todo el mundo. Si la producción renovable de Iberdrola en estos nueve meses alcanzó los 63.299 GWh, casi 37.000 GWh correspondieron a energía eólica terrestre o marina. En España la apuesta por las renovables ha registrado un incremento notable, con un aumento de casi el 25% respecto al año pasado. En este caso el incremento se debe a un repunte del 53% en la producción de energía hidroeléctrica.

Estados Unidos, el mercado renovable

Estados Unidos es el mercado eólico con mayor presencia para Iberdrola. Casi la mitad de la energía generada por los aerogeneradores terrestres se produce allí. En el caso de la eólica marina, una producción en proceso de expansión y crecimiento, es el Reino Unido la gran apuesta de la compañía, con más de la mitad de la energía generada.

La producción hidroeléctrica es, tras la eólica terrestre, la segunda gran vía de generación eléctrica, con cerca del 33% de la producción en renovables. Los casi 21.000 GWh generados hasta septiembre suponen un crecimiento del 14% respecto al año pasado. En este caso, el mercado español es el principal, con la generación del 76% de la energía seguido muy de lejos de la producción energética de las plantas brasileñas, con un 22%.

De entre las fuentes renovables, la solar es otro de los mercados de Iberdrola, si bien con un impacto menor. Representa sólo el 8% de la energía producida, la mitad de ella en España. Los 5.046 GWh generados representan un incremento de casi un 10% en comparación al año pasado.  

Pero no todo es renovable en Iberdrola. La energía nuclear también figura en su cuenta de resultados.  Supone en torno al 16,5% de su producción energética. En comparación con el año pasado los 16.559 GWh producidos supone un descenso de algo más del 10%. Toda la energía nuclear procede de la planta que la compañía tiene en la localidad valenciana de Cofrentes.

La cogeneración y los ciclos combinados de gas representan el 15% de la producción energética. En los nueve primeros meses del año la producción propia de esta energía se redujo un 31% en el caso del gas y creció un 19% en la cogeneración.  

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