El oso (u osa) y el madroño son buque insignia de Madrid. Aunque la escultura que hoy reina en la Puerta del Sol se construyó en 1967, la historia de estos elementos tan identificativos data del siglo XIII, cuando árbol y animal aparecieron juntos en el escudo de la villa.

En definitiva, si le preguntas a cualquiera por un icono de la ciudad, la lista es bastante amplia: el reloj de las campanadas, el Museo del Prado, el Palacio/Teatro Real, el templo de Debod, la fuente de Cibeles, las cuatro torres… Y así suma y sigue. Pero, sin duda, el oso y el madroño predomina, seguramente, sobre cualquier otro.

Sin embargo, ahora el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, puede hacer que pierda protagonismo. La idea del Consistorio pasa por encontrar y reforzar una nueva marca para la ciudad de cara a los próximos años. Un objetivo y una forma de intentar lograrlo que no son nuevos.

La noria gigante de Villacís

El Ayuntamiento rescata la idea que el municipio tuvo, en primera instancia, bajo la batuta de Begoña Villacís, cuando la ex de Ciudadanos cogobernaba con el PP. La vicealcaldesa propuso añadir una noria gigante e imitar así la estampa londinense.

El objetivo de todo esto maremágnum no es dinamitar el oso y el madroño, sino impulsar otro icono que pueda resultar como verdaderamente “representativo”. Ese fue el término que utilizó en un desayuno informativo el regidor de la localidad la semana pasada.


El equipo de gobierno se llegó a reunir con los promotores para poner en marcha el proyecto, empezando por decidir su localización. Las partes coincidían en que la implantación de la noria “más grande de Europa” en Madrid, iba a mejorar su imagen de cara al exterior.

Tras la salida de Villacís de Cibeles la cuestión parecía haber caído en saco roto, pero nada más lejos de la realidad, el gobierno de Almeida la retomó este verano. Si con Villacís dentro había tres ubicaciones posibles para el imponente objeto, en agosto el Consistorio informaba de que había -parece- un enclave decidido: el parque Tierno Galván.

Así las cosas, en época estival el área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad adjudicó por un valor de 58.628,95 euros un contrato para la elaboración de un estudio geotécnico “para determinar la idoneidad de la implantación de una noria” en el espacio mencionado.

El plazo para el desarrollo de las operaciones es de tres meses y la empresa beneficiaria del proyecto es la UTE Desarrollos Logísticos y Fomento de Suelo, S.L-Delfos Proyectos S.L. Asimismo, la localización, decían desde el Ayuntamiento, no es cerrada sino que aparecen otras alternativas, por lo que se limitaban a hablar de un “estudio de viabilidad técnica”.

Fitur 2022

Más allá de la instalación de la noria, la responsable de la formación naranja a nivel municipal mantuvo esa idea en Fitur 2022, donde lanzó un concurso internacional de proyectos con el fin de adoptar a la ciudad de una “nueva identidad visual”, con el objetivo de encontrar un logotipo, diseño gráfico o composición visuales adjudicados que proyecte los valores de la capital fuera de sus fronteras.

Los participantes finalistas de los lemas recibirían 10.000 euros y la propuesta ganadora obtendría, “tras la negociación de determinados aspectos económicos y técnicos”, un contrato para llevar a cabo un manual de uso y estilo de identidad visual con sus declinaciones, por un importe máximo de 130.000 euros -IVA incluido-, a los que hay que descontar los 10.000 que el participante ya habría ganado como finalista. A día de hoy, se desconocen el final y las conclusiones de ese contrato.

Los abrazos de Carmena

La intención de buscar un atractivo añadido para Madrid tampoco se ha reducido en los últimos años a las derechas o las formaciones liberales, también Manuela Carmena trató de reforzar la imagen exterior de la ciudad. En su caso fue antes, en 2018, más a través de un concepto que de una edificación y, todo sea dicho, menos grandilocuente: el abrazo.

Se trataba de la instantánea de dos manos entrelazadas que hacían honor al concepto ‘Ciudad de los abrazos’, una imagen que la exalcaldesa utilizaba mucho para aludir a la hospitalidad madrileña. También era un guiño claro al conocido ‘Abrazo de Juan Genovés’ como símbolo de unión después de los asesinatos de los abogados laboristas de Atocha.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida. EP


En su caso, se definía como algo que no se podía tocar, pero que disfruta de mucha fuerza; lo sentimental por encima de lo material: “También existen símbolos intangibles que fortalecen de manera notable, es decir, los valores y características vinculadas a esa ciudad. De esta manera, París es conocida como la ciudad del amor, Nueva York como la ciudad que nunca duerme, Roma como la ciudad eterna (…) Y Madrid es una ciudad acogedora y busca que este sea uno de los atributos principales de su identidad, sobre todo lo referente al turismo”. Con la vuelta del PP al Ayuntamiento, la idea decayó.

ElPlural.com se ha puesto en contacto con los distintos partidos principales que conforman el Ayuntamiento de Madrid en la actualidad.

«Los madrileños tienen muchas necesidades»

Desde Más Madrid aseguran que la ciudad “tiene muchos problemas” y que “desde luego, la búsqueda de una nueva imagen de marca no está entre nuestras prioridades”, ni “entre las necesidades de las madrileñas y los madrileños que cada día se enfrentan a situaciones verdaderamente prioritarias como pagar la hipoteca o el alquiler de su vivienda o dar de comer a sus hijos”.

“La limpieza sin ir más lejos -acabamos de presentar un informe demoledor de elaboración propia sobre el abandono del sur y la desigualdad en la limpieza con Almeida al frente del Ayuntamiento- y la emergencia habitacional que sufre Madrid sí son cuestiones importantes para la ciudadanía”, concreta la formación. “Y al alcalde parece no afectarle la situación en absoluto, porque sus prioridades para la ciudad son cómo meter una noria en un parque o si cambia la imagen de marca”, aseveran fuentes municipales.

Varias bolsas de basura en una calle de Madrid. EP.


Por su parte, el PSOE recuerda que es una especie de ‘seguidismo’ de lo que pretendía Villacís, una especie de “I Love New York a la madrileña”. “El proyecto nunca se llegó a plasmar en nada, aunque hubo reuniones con los grupos (…) Llegó el PP y enterró todo esto, pero casualmente hace unos meses el Ayuntamiento presentó un informe sobre el Madrid del futuro en el que se analizan puntos fuertes y débiles, y uno de los débiles es la marca Madrid en el exterior”, emite.

Fuentes cercanas al equipo de Reyes Maroto indican que “París tiene su Torre Eiffel o Roma su Coliseo”, por lo que “no nos parece mal que Madrid pueda mejorar su imagen exterior”. “Es algo positivo para todos”, consideran. Ahora bien, lamentan que el modus operandi pueda pasar por “copiar a otras ciudades” y termine por ser “una cosa cutre”. “Viniendo del PP nos podemos esperar cualquier cosa, y como ahora por la mayoría absoluta, Almeida no nos consulta nada a la oposición, mucho nos tememos que esto sea otro fiasco”, concluyen.

En última instancia, el Ayuntamiento de Madrid no ha respondido a este periódico en el momento de publicación de estas líneas.

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