El Gobierno de Turquía ha llevado a cabo una serie de operaciones aéreas en el norte de Irak y Siria, como respuesta inmediata al atentado ocurrido el miércoles en una fábrica de aeronáutica militar en Ankara. El ataque dejó cinco muertos, incluyendo a cuatro empleados de la fábrica Tusas y al taxista que transportaba a los asaltantes, así como 22 heridos, entre ellos siete policías.

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