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Un viaje de pesadilla. Eso es lo que han tenido que vivir más de 50 jubilados que partieron de Valladolid rumbo a Benidorm y después del caos ferroviario vivido en las últimas horas.

Fueron un total de 55 personas en un viaje que se suele hacer todos los años a través de la Asociación de Jubilados y extrabajadores de FASA en una iniciativa que, como apunta una de las damnificadas de dicho viaje, “promueve Goyo con muy buen criterio”.

“Estaba muy bien organizado. Salimos de Valladolid el 10 de octubre, fuimos en tren hasta Alicante. Allí nos esperaba un autocar que nos llevó directamente a la puerta del Hotel Benidorm Plaza”, asegura en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León esta persona.

La estancia en el hotel “fue muy buena” porque pero tras pasar esos 10 días plácidos, el domingo, 20 de octubre, todos los problemas llegaron de sopetón y no fueron, ni mucho menos, agradables.

“El problema se planteó cuando el domingo, a la hora de volver, Goyo recibió un mensaje de Ouigo avisando que tras el descarrilamiento del tren que se produjo, no podríamos salir desde Alicante”, añade nuestro confidente.

Goyo pidió a la empresa que “les planteara otra solución”, en un primer contacto se les pidió una alternativa para salir de Alicante y “nos dijeron que ellos no podían darnos ninguna solución. Después, por su cuenta y con la ayuda del hotel, comenzaron a llamar a diferentes compañías de autocares y autobuses.

No había manera de encontrar ninguno. A todo esto, desde el principio, nos pusimos en contacto con la comercial de Valladolid (Azul Marino, antes Eroski), que es la que gestionaba el viaje. Al ser domingo, la oficina de la agencia estaba cerrada. Conseguimos el teléfono de un profesional que desde el primer minuto estuvo gestionando todo desde Valladolid. Vaya festivo que le dimos”, añade.

Tren descarrilado

Esta que es una de las 55 damnificadas apunta que “hemos estado arropados por las tres compañías, de tren, de agencia y del hotel, haciendo todo lo que han podido”, añade.

De hecho, desde el hotel les ofrecieron permanecer una noche más allí, pero ante la falta de seguridad de poder llegar al día siguiente a coger el tren, desistieron de esta idea.

“Le comentaron a Goyo que en toda la semana no se podría coger el tren. El hotel nos ofertaba 10 habitaciones y se buscaron otros cercanos, pero no podíamos pagarlos”, añade nuestra protagonista.

Sin salida

No había ninguna salida. Una compañía de autobús nos dio precio, pero finalmente nunca más volvimos a saber de ella. Eso sí, quiero recalcar que, en ningún momento, nos sentimos abandonados, añade.

Explica que “no había solución, ni forma” en busca de solución y fue el momento en el que el hotel les ofreció la posibilidad de los taxis. “14 taxis. Nos dijeron el precio y a todo el mundo le pareció que era la única solución porque no había otra”, explica.

Salieron de Benidorm a la 17.00 horas para llegar, finalmente en taxi, a las 00.00 horas. Cada taxi, 1.000 euros de receta, 14.000 en total.

“Todos éramos jubilados, pero algunos eran mucho más mayores y tenían problemas de salud. En el hotel nos atendieron muy bien pero no estábamos para sentarnos en el suelo de una estación”, afirma.

Llegada a Valladolid y reclamación

Una vez que llegaron a la ciudad del Pisuerga, pagaron esos taxis y pidieron “el ticket y la factura que había supuesto haber pasado por los peajes”. Han guardado toda la documentación para “presentar la reclamación a quién corresponda”.

Añade que la reclamación se presentó este martes, 22 de octubre, a Ouigo y están a la espera “de lo que pueda ocurrir”.

“Desde Ouigo han pedido disculpas y nos han asegurado que encontrarán una solución. Estoy segura de ello. También confío en la agencia de viajes que nunca nos ha dejado tirados. Haciendo fuerza seguro que no saldremos tan perjudicados”, afirma.

Finaliza asegurando que “500 euros por cada pareja (a dos por taxi), de una pensión” significa “el dinero de un mes”.

 

 

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