La gran industria española lleva años alertando del lastre que suponen los altos precios de la energía para su actividad y de sus problemas para poder competir con sus rivales de otros países europeos. Los grandes grupos industriales con presencia en el mercado español se quejan de estar en desventaja en relación a sus competidores de Francia o Alemania, que se benefician de mayores bonificaciones en su factura eléctrica, y por eso reclaman al Gobierno más ayudas y descuentos, sobre todo en un momento en que se reclama a la industria inversiones millonarias para impulsar de manera definitiva su descarbonización.

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