En 1854 los casacas rojas británicos, en inferioridad numérica, enfrentaron en Balaclava una carga de caballería mediante una delgada línea defensiva de tan sólo dos filas, insuficiente frente a los jinetes rusos. Sorprendentemente, rechazaron el ataque porque el general ruso, ante la debilidad de la línea de infantería, creyó que era una emboscada y ordenó la retirada. Esa acción militar recibió el nombre de ‘La delgada línea roja’.

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