El Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, ha pronunciado la conferencia inaugural del XXX Curso Internacional de Defensa, organizado por la Academia General Militar y la Universidad de Zaragoza, y ha abogado por «seguir apoyando militarmente» a Ucrania desde la UE para poner fin a la guerra con Rusia.
El XXX Curso Internacional de Defensa se desarrolla en la capital de La Jacetania desde este lunes, 25 de septiembre, hasta el próximo día 29. En esta cita se analizarán ‘Los motores del cambio de la Seguridad y la Defensa’.
Por su parte, Borrell ha centrado su intervención en la política exterior y de seguridad común de la Unión Europa y ha planteado ocho retos para llevarla a cabo. Entre ellos, seguir trabajando para que la guerra entre Rusia y Ucrania termine.
Ha afirmado que hay que «seguir apoyando a Ucrania militarmente» como medio para conseguir que la guerra acabe. «Estamos muchos países detrás del plan de paz del presidente ucraniano y si no ayudáramos militarmente a Ucrania, este país no se podría defender», ha señalado.
Al mismo tiempo, «tenemos que procurar que en algún momento se inicien negociaciones de paz, algo que por ahora parece difícil. El invierno va a llegar pronto y las operaciones se van a ver ralentizadas por el mal tiempo», ha apuntado.
Además, Borrell ha expresado que la ayuda de la Unión Europea a Ucrania ha sido «mayor que la que ha prestado Estados Unidos, no tanto en el apartado militar, pero sí en el financiero y humanitario». Algo que, a su juicio, «sigue siendo fundamental».
Relación con China
Otro de los retos de la política exterior y de seguridad de la UE al que se ha referido es el que plantea la relación con China. «Debemos recalibrar nuestro acercamiento a China desde los valores de la Unión Europea», ha expuesto.
Ha hecho referencia a otro escenario geoestratégico al que hay que prestar atención: el Sahel. «Es muy importante impulsar el compromiso de la Unión Europea para asegurar la estabilidad de los países del Sahel», ha anotado.
Al margen de estos escenarios internacionales, Josep Borrell ha destacado la necesidad de replantear el concepto de seguridad para tener una visión más global del mismo. En este sentido, ha asegurado que no es solo militar, sino que el problema «más grave» de seguridad que tiene Europa «es la dependencia de importaciones críticas».
«Durante la pandemia nos dimos cuenta de que Europa no producía ni un solo gramo de paracetamol, que venía todo de India y China, lo que se podía convertir en un grave problema de seguridad sanitaria por una dependencia excesiva», ha contado, para añadir que con las importaciones de gas ruso pasó algo parecido al inicio de la guerra de Ucrania, «pero esa dependencia se ha corregido».
En este punto, ha enfatizado en la dependencia europea de China en aspectos relacionados con la revolución digital, ya que, por ejemplo, «importamos el 80 por ciento de los paneles solares de este país». Ha hecho hincapié en que todos estos aspectos también son seguridad, «no militar, pero sí vital».
La UE como motor de cambio
A continuación, se ha desarrollado una mesa redonda que se ha centrado en la presidencia española del Consejo de la Unión Europea. En ella han intervenido el contraalmirante subdirector general de Planes y Relaciones Internacionales del Ministerio de Defensa, Juan Bautista Pérez Puig, y la catedrática de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Zaragoza, Natividad Fernández.
El contraalmirante Pérez Puig ha citado como objetivos básicos «preservar la cohesión europea y proyectar estabilidad en nuestro entorno utilizando los valores de la sociedad europea». Asimismo, ha mencionado cuatro líneas básicas para llevarlos a cabo.
Una primera que pasa por dotar de más capacidad de acción a la Unión Europea; también ha incidido en la protección espacial y marítima de Europa y en la importancia de los partenariados.
«Para proyectar estabilidad alrededor de Europa es necesario crear partenariados con socios en esas áreas como los que se están llevando a cabo en África, en Asia y en Iberoamérica», ha agregado. «Si queremos mantener la influencia global de la UE, se tiene que notar que Europa no solo acaba en nuestras fronteras, sino que tenemos objetivos de corte global como el cambio climático».
Por su parte, Natividad Fernández ha destacado la capacidad real de la Unión Europea como motor de cambio de la seguridad y la defensa. Fundamentalmente porque son los estados los que llevan a cabo esa política y no la Unión Europea. Ha observado: «Llevamos 30 años intentando dar forma a la política común de seguridad y defensa, pero los desafíos para llegar a acuerdos relevantes que la impulsen de forma decisiva son difíciles».
Según la ponente, esto se debe a que «somos 27 estados, cada uno con sus intereses, sus amenazas y su manera de operar los ejércitos y no hay culturas estratégicas comunes. Además, hay intereses económicos encontrados para desarrollar una industria de defensa, lo que no facilita conseguir ese objetivo».