Carolina Marín dijo sentirse “muy emocionada” tras llegar a Oviedo, donde recogerá el Premio Princesa de Asturias de los Deportes el viernes. Antes, esta tarde, Marín abrió su comparecencia ante los medios asegurando estar “muy feliz”. “He esperado este momento desde el primer minuto en el que me dijeron que me iban a entregar este premio. Era algo con lo que soñaba desde hace años. Estoy muy agradecida por este gran reconocimiento a toda mi carrera. Las medallas son muy bonitas, pero me quedo con el trabajo y con las renuncias necesarias para cumplir grandes sueños. El recibimiento ha sido increíble, nunca lo podré olvidar”, aseguró antes de contestar las preguntas de los periodistas:

¿Alivia el premio el dolor de la lesión? ¿Se cierra un círculo por haber participado en Asturias, en Vegadeo, en tu primer campeonato de España?

Estoy muy feliz, sobre todo porque se me ha reconocido con este premio los grandes sueños que he alcanzado en un deporte no tan conocido en nuestro país. Es un premio también a mi deporte, haber hecho que en España se hable del bádminton y mucha gente lo quiera practicar. He jugado aquí varios torneos, me hace especial ilusión estar aquí porque tengo muy buenos recuerdos de mi infancia. 

¿Qué te hizo cambiar la mentalidad después de la lesión de París?

Siempre intento sacar de todo momento negativo algo positivo. Algo positivo de la lesión ha sido poder pasar tiempo con mi familia. Desde que me fui con 14 años no había podido pasar más de una semana con ellos. Mi familia ha sido mi motor, aunque reconozco que no ha sido fácil. Me daría mucha pena que me retirase una lesión: mi mayor ilusión es retirarme en una pista de bádminton.

¿Qué cualidades se necesita para ser una jugadora de tu nivel? ¿Unas palabras para los niños?

Cuando comienzas, la mayor cualidad es disfrutar de lo que haces. Cuando empiezas a practicar un deporte desconocido en tu país, no tienes un referente. Los niños y niñas hoy tienen un referente. Ojalá lo hubiera tenido yo cuando empecé con ocho años para ver los valores que el deporte transmite. Cuando eres un jugador de alto nivel necesitas velocidad, cambio de ritmo, resistencia y fuerza, para expulsar el volante donde tú quieres mandarla en la pista. 

Has ganado mucho. ¿En qué posición sitúas este galardón?

Todo lo que he conseguido han sido grandes sueños. Era impensable que una chica española dominase en un deporte tan asiático, y este premio reconoce el mérito que hay detrás. A día de hoy, gracias a todos esos títulos y medallas es un deporte del que mucha gente habla y practica, y lo que más me gusta es que la gente me sigue allá donde voy, aunque juegue de madrugada en Asia.

 

¿Te reconforta el premio? ¿Te ha hecho más emoción a ti o a tu madre?

Antes de que pasase ese momento tan desagradable, el premio me reconfortaba mucho porque soñaba desde hace varios años con él. Cuando me lo dijeron estaba entrenando y no me lo podía creer porque ni siquiera sabía que era candidata. Miré el móvil de casualidad y, por un lado, me asusté bastante, pero cuando recibí la llamada y me dijeron que era la galardonada las lágrimas corrían por mi cara. Tanto mi madre como yo estamos muy felices. 

¿Has vuelto a coger una raqueta tras la lesión?

No. Necesito mi tiempo. Esta lesión ha marcado un punto importante en mi carrera. El primer pensamiento tras meterme en el vestuario fue: no puedo más. Mi entrenador me dijo que estaba orgulloso de mí. Estos cinco últimos años no han sido fáciles. Pero haber superado los obstáculos que la vida me ha puesto por delante me hace ver las cosas de otra manera. En ese momento de la lesión quería colgar la raqueta, pero después de pasar tiempo de otra manera lo vi de otra forma. 

La salud mental

Para mí el trabajo mental es súper importante. Con 15 años empecé a trabajar con mi primer psicólogo. Cualquier persona necesita hacer trabajo mental, no hay que durar loco para ir al psicólogo. Estoy muy agradecida por todo el trabajo que hago con mi psicóloga, hemos trabajado muchísimas cosas y nunca me ha dejado sola. Es un trabajo muy fácil de reflejar, porque siempre hablo en voz de alta de los problemas emocionales que cualquier deportista puede tener, porque somos personas que sentimos y padecemos. Gracias al apoyo de mi equipo y de mi familia, he podido salir hacia adelante tras la lesión. 

¿Cuál es tu máxima ambición a partir de ahora?

Lo he ganado todo. Nunca me podía imaginar haber ganado también una medalla muy importante, la del cariño y el apoyo. En París quería conseguir otra medalla olímpica, pero la vida me cambió y el recibir ese apoyo no podía imaginármelo. La gente me ha hecho sentir muy especial. Voy a estar eternamente agradecida.

¿En quién te has apoyado más?

Es un cómputo de mucha gente. Principalmente en mi equipo, que vive conmigo el día a día. Mi familia siempre ha estado en la sombra, mi madre, desde que perdí a mi padre, siempre ha sido mi mayor apoyo.

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