El Gobierno británico ha puesto en marcha la segunda fase de su plan de liberación de presos para reducir la saturación en las cárceles de Inglaterra y Gales. Hasta 1.100 reclusos condenados por delitos menores han abandonado este martes los centros penitenciarios tras cumplir al menos un 40% de sus condenas, una medida aprobada por el nuevo primer ministro, Keir Starmer, tras su llegada a Downing Street. La liberación de este martes se suma a la del pasado septiembre, que afectó a otros 1.700 presos, en un plan que prevé la salida antes de tiempo de un total de 5.500 personas de las cárceles y que excluye a las condenadas por crímenes violentos, delitos sexuales o terrorismo.

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