¿Este es el primer premio que recibe por sus investigaciones y junto a sus colegas?

Es el segundo, el primero fue el VinFuture en Vietnam. Aquello me allanó el camino. Por primera vez se dieron cuenta de lo mucho que yo había aportado al descubrimiento del GLP-1. VinFuture siempre va a tener un lugar especial en mi corazón. El Princesa de Asturias sigue esta estela y estoy encantada de compartirlo con mi colega de la Rockefeller University, Jeff Friedman. Él descubrió la leptina, que por primera vez demostró la base hormonal de la obesidad. Yo trabajé el GLP-1, para la diabetes. Es precioso que nuestra investigación convergiera. Estoy contenta de que se nos reconozca por primera vez juntos.

Usted se enfadó mucho cuando la dejaron fuera del Premio Gairdner.

Estaba enfadada, sí. Decidí que tenía que defenderme, alzar la voz, darme a conocer y que la comunidad científica viera mi trabajo. No me enfadé porque no me dieran a mí el Gairdner, el enfado era porque no habían leído la bibliografía. Si hubieran leído mis artículos sabrían que un premio para el GLP-1 tenía que incluirme. Eso nos lleva a algo más serio: ¿cómo se comparten los conocimientos? ¿En función de lo que se publica o por meras impresiones? Me enfadó que mis artículos se perdieran y con ellos parte importante del conocimiento. Tengo que decir que tengo compañeros buenísimos que me dijeron: «Mira, hasta aquí. Te vamos a ayudar». Les debo muchísimo. Todos somos científicos, trabajamos juntos y compartimos los mismos valores.

¿Ha entendido por qué sucedió aquello? Usted no está de acuerdo, ¿pero está segura de que fue por ser mujer?

Esa pregunta me la hacen una y otra vez. Como científica nunca he sentido ningún prejuicio contra mí por ser mujer, siempre me han apoyado. Me llegan cartas de muchas mujeres que me cuentan que se sienten identificadas con mi situación, con lo que supongo que sí, que algo podría haber. Pero después de haberle dado unas cuantas vueltas mi opinión es algo distinta. Yo trabajo en un hospital, ahí hay una jerarquía –química, química doctorada…–, no estoy al mismo nivel que los médicos, y el reconocimiento se le dio a los tres médicos. Creo que lo sucedido tiene más que ver con esa jerarquía. Y otra cuestión: cuando la gente hace sus reseñas no cita el original, en las revisiones se citan las revisiones y las revisiones de las revisiones. Ambas cosas trabajaron en mi contra.

El trabajo por el que ahora la premian data de hace 40 años.

El GLP-1 nos llevó 40 años; a la industria le llevó 20 años desarrollarlo. Novo Nordisk hizo muchísima investigación. Las startups, las tecnológicas, quieren resultados inmediatos, pero esto no funciona así. El GLP-1 ejemplifica bien el tiempo que se tarda en desarrollar un medicamento, y hay muchísimos más ejemplos. Los inversores quieren un retorno rápido de beneficios, pero cualquier medicamento con verdadero impacto se ha desarrollado con muchísimo tiempo y en un entorno académico: el VIH, la vacuna de la covid… La doctora Karikó es el ejemplo perfecto con la vacuna contra la covid, por su persistencia y cuando los demás no entendían su trabajo. Habríamos podido pasar por alto un descubrimiento que, literalmente, salvó millones de vidas.

¿Usted imaginaba, durante sus investigaciones, la repercusión sanitaria, económica y social, de su descubrimiento?

Lo que yo quería desarrollar era un nuevo medicamento para la diabetes. La insulina muy bien, pero hacía falta algo más. Nadie lo pudo predecir, nadie había pensado que las hormonas podían regular el peso, no lo sabíamos, ni lo imaginábamos. Y aún no sabemos cuál es la biología subyacente. Ha sido en los estudios clínicos en los que hemos visto que las personas que tomaban GLP-1 adelgazaban. Ahora hacemos el camino de vuelta, volvemos a la investigación básica y buscamos por qué. Esto demuestra la importancia de hacer estudios clínicos. El efecto que iba a tener en la humanidad, ni me lo imaginaba. Y la sorpresa se ha dado en los últimos tres años. Wegovy fue en 2021 y de repente todo cambió. Vamos a hacer muchos más descubrimientos. Entenderemos cómo funciona el cerebro. Los nuevos fármacos contra la obesidad van a ser una colaboración entre los científicos que estudian el metabolismo y los neurocientíficos. Nunca se ha hecho, no sé cómo se va a hacer y es emocionante.

Su trabajo aún va a dar de sí.

Yo creo que es un buen momento para que los jóvenes apuesten por la ciencia, sí.

Fuente