Tres días sin luz se han convertido en una bomba social para los cubanos. Los primeros indicios en la capital de la isla de una detonación n penumbras obligaron al presidente Miguel Díaz-Canel a lanzar una fuerte advertencia sobre las consecuencias de salir a las calles a oscuras a protestar. «Sobre hechos puntuales de desorden público que se han dado en La Habana, el presidente aclaró que existen los mecanismos para dar respuesta a cualquier inquietud, pero ´no vamos a permitir hechos vandálicos y mucho menos alterar la tranquilidad ciudadana de nuestro pueblo`», hizo saber la cuenta en X de la presidencia.
El malestar ha venido creciendo a lo largo de la semana, pero a partir del viernes cuando tuvo lugar la primera desconexión total del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), las redes sociales se convirtieron en un foro virtual de la furia. El peligro de que se vuelvan a repetir incidentes como los que tuvieron lugar en marzo pasado en Bayamo y parte de Santiago, dos ciudades donde comenzó la revolución contra el sargento Fulgencio Batista, en 1953, hizo que se enciendan las alarmas en el Gobierno.
Los cortes de luz ponen a prueba la paciencia de una sociedad atravesada por una multiplicidad de problemas, desde la inflación y los bajos salarios a la escasez e inéditos fenómenos de violencia urbana.
El Ministerio de Energía y Minas (Minem) de Cuba había informado sobre la tercera caída total del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en 72 horas. El Gobierno había expresado la decisión de trabajar «sin descanso» hasta dejar atrás los trastornos. Los avances de las primeras horas para recuperar el funcionamiento del SEN volvieron trastabillar. Vicente de la O Levy, quien se encuentra al frente del Minem dijo que se esperaba que el martes la mayor de las Antillas volviera a la situación previa al viernes.
Antes de la primera desconexión casi total del servicio eléctrico, los cubanos venían padeciendo largos cortes del suministro, aunque no de la intensidad de los últimos días. De la O admitió que las circunstancias son adversas y que falta de luz ha dejado «a la mayoría de los cubanos» sin agua en sus casas porque los motores que bombean el líquido hacia los hogares utilizan electricidad.
Un poderoso ciclón en puertas
La vida cotidiana se ha trastornado por completo. Los efectos del apagón se sienten en los servicios estratégicos como los hospitales. Las autoridades informaron que quedan suspendidas todas las actividades administrativas no imprescindibles y las docentes hasta el miércoles. Alegaron el «inminente paso del huracán Oscar por el país y el período de recuperación posterior a este, así como los trabajos que se acometen para el restablecimiento del sistema eléctrico nacional». La combinación de los dos elementos puede tener consecuencias calamitosas.
El huracán ya afecta al oriente de la isla. El Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet) informó que «las condiciones del tiempo ya comenzaron a deteriorarse en las provincias de Guantánamo y Holguín con lluvias, chubascos y tormentas eléctricas». En la costa norte oriental «se están produciendo fuertes marejadas”. Ante la cercanía del huracán, hasta el momento categoría 1, las provincias orientales entraron esta mañana de domingo en Alerta ciclónica».