La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil lleva un año de ingente trabajo. Las operaciones contra la corrupción que ha llevado a cabo les ha obligado a redoblar esfuerzos, sobre todo en el análisis de dispositivos electrónicos. Pero no lo ha hecho sola. Europol le ha echado una mano.

Según ha podido saber El Independiente, el organismo policial europeo ayudó en el volcado y desencriptado de móviles, ordenadores, tablets y correos electrónicos. Sobre todo en tres casos: la operación Delorme, sobre el cobro de comisiones en contratos sanitarios durante la pandemia, en el caso Brodie, relacionado con la etapa de Luis Rubiales al frente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), y en Guanxi, una investigación en el madrileño polígono de Cobo Calleja contra el blanqueo de capitales.

Las tres operaciones se sucedieron en el tiempo muy cercanas entre sí. El 20 de febrero era detenido Koldo García, exasesor del ministro José Luis Ábalos, Víctor de Aldama, comisionista de varias tramas, y otras 19 personas más. A mediados de marzo se puso en marcha los arrestos en Cobo Calleja, donde cayeron 13 personas de nacionalidad china, ucraniana y española. Blanqueaban tres millones de euros a la semana. Y ya el 20 de marzo comenzaron los registros en la RFEF, con las siguientes detenciones.

La cantidad de dispositivos requisados ha sido «enorme», comenta una fuente policial. El volumen de las tres operaciones llevó a que en abril, en un escrito dirigido al juez de la Audiencia Nacional, pidiesen ayuda de Europol. Por aquel entonces, y sólo del caso Koldo, habían conseguido volcar unos 70 de los más de 170 soportes digitales, a los que después se añadieron correos electrónicos y lo intervenido en los otros casos.

«Queda mucho»

«Nos ayudaron en el volcado, nada más». Es decir, el trabajo minucioso de análisis de la información y de criba lo hicieron los agentes de la UCO, sin la supervisión, control ni colaboración de los policias europeos, que más o menos se encargaron de «echar una mano» a la hora de vaciar los dispositivos.

En el último informe de la Guardia Civil, el que pone contra las cuerdas al exministro José Luis Ábalos, los agentes recuerdad que tienen «custodiados más de 170 dispositivos digitales» sólo en el caso Koldo. Pero todavía «queda mucho», señalan fuentes conocedoras.

En el aire está la imputación del antiguo secretario de organización del PSOE. En ese caso los agentes tendrán que intervenirle teléfonos, portátiles o tabletas digitales. Ahí el trabajo será minucioso, porque los investigadores se podrán encontrar «materias reservadas» o temas que afecten a la seguridad del Estado o a las deliberaciones del Consejo de Ministros debido a los cargos que ha ostentado Ábalos.

Informes «expurgados»

Esto ya ha ocurrido. En el informe sobre el comandante de la Guardia Civil Rubén Villalba, la UCO ha tenido que «expurgar» gran parte de los audios que el mando grabó con sus superiores tras las primeras detenciones. En ellos se reflejan que el comisionista de la trama, Víctor de Aldama, era confidente del Servicio de Información, al que perteneció Villalba antes de irse a la embajada de Venezuela. Los investigadores han tenido que suprimir partes sensibles, como nombres u operaciones, para que no se filtrasen datos sensibles.

La unidad de élite del Instituto Armado tiene trabajo por delante. Sobre todo con «los correos de la Federación», subrayan. En la causa que instruye un juzgado de Majadahonda (Madrid) todavía quedan por conocerse las comunicaciones internas entre los acusados. Una maraña de mails que la UCO está deshilando poco a poco para construir el relato de cómo se tejió la red de sociedad que, presuntamente, utilizó la trama para desviar dinero de algunos contratos. La Guardia Civil tiene la mira puesta en los del estadio de La Cartuja, en Sevilla.

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