El oro ha superado los 2.700 dólares por onza por primera vez. Este viernes ha subido un 1,02%, hasta 2.735,2 dólares. El creciente conflicto en Oriente Medio está impulsado a los inversores a buscar refugio seguro. El metal ha subido un 30% este año, encaminándose a su mejor desempeño anual en décadas.

«La gran noticia del día es que el oro al contado ha roto los 2.700 dólares. Es difícil explicar con precisión por qué el metal dorado está donde está, y todos podemos hacer conjeturas, pero este es un mercado caliente, y aunque no veamos la volatilidad y los movimientos que vemos con las criptomonedas, para muchos con una menor tolerancia al riesgo, esa es precisamente la razón por la que están nadando en estas aguas doradas», señala Chris Weston, jefe de análisis de Pepperstone.

Para los analistas de Julius Baer, el rally del oro parece deberse principalmente al ánimo de los mercado. «Las posiciones especulativas en el mercado de futuros indican una euforia extrema, mientras que los factores fundamentales, como el dólar estadounidense y las expectativas de tipos de interés en EEUU, apuntan a precios algo más bajos». Señalan desde Julius Baer que estos factores aumentan el riesgo de retrocesos a corto plazo, pero creen que realmente estas caídas «se verán como oportunidades de compra, ya que los fundamentales a largo plazo para el oro siguen siendo sólidos».

Las elecciones presidenciales de EEUU presuntamente están fomentando la compra de oro por parte de grandes inversores

Entre los factores que también aumentan el riesgo de retrocesos del oro está la demanda física en Asia, que se ha enfriado últimamente. Esto es especialmente cierto para China, donde las importaciones, las entregas físicas y las primas de precios nacionales apuntan a una demanda debilitada en todos los ámbitos. El Banco Popular de China no ha informado de ninguna compra desde la primavera, aunque «podría estar activo tras bambalinas». Las importaciones de oro de India, que se dispararon en agosto tras la inesperada reducción de los aranceles de importación, se normalizaron nuevamente en septiembre, lo que apunta a que no habrá un aumento duradero en la demanda.

No obstante, Julius Baer cree que la demanda de oro en China se fortalecerá nuevamente. «El contexto económico no es probable que mejore significativamente a pesar de las recientes medidas de apoyo, lo que probablemente atraerá a los buscadores de refugios seguros en China de vuelta al mercado del oro. El Banco Popular de China también debería volver al mercado de oro, considerando la baja proporción de oro en sus reservas de divisas y las tensiones geopolíticas en curso, en particular en relación con Estados Unidos».

Con todo, Julius Baer concluye que, si bien todo esto aumenta el riesgo de un retroceso del oro a corto plazo –posiblemente hasta un 10%, si la historia sirve de guía-, «seguimos viendo un sólido contexto fundamental para el oro».

«Específicamente, un mayor enfriamiento de la economía de EEUU y las perspectivas de menores tasas de interés podrían atraer a más buscadores de refugios seguros del mundo occidental al mercado. Lo mismo se aplica a las elecciones presidenciales de EEUU, que presuntamente están fomentando la compra de oro por parte de grandes inversores, quienes creen que, independientemente de quién llegue a la Casa Blanca, el dólar estadounidense se verá presionado debido al aumento de los déficits fiscales».

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