La Policía Nacional ha encontrado unos restos óseos salidos de la incineradora entre las toneladas de desechos que han sido revisadas durante las últimas semanas en Son Reus, y se están analizando para determinar si pertenecen a Agostina Rubini Medina, la joven de 24 años que desapareció en Palma la noche del pasado día 2. Los investigadores han confirmado que la hipótesis a la que han llegado es que la mujer se metió voluntariamente en un contenedor de basura de la calle Andrea Doria a recoger algo, y que una vez allí se quedó inconsciente por el consumo de alcohol. La joven habría fallecido en el camión de Emaya que trasladó la carga del depósito de basura a la incineradora de Son Reus, donde «las condiciones son incompatibles con la vida«, en palabras del jefe de Homicidios, el inspector Ángel Ruiz.
El inspector Ruiz, que ha dirigido la investigación por la desaparición de la joven, ha ofrecido una rueda de prensa junto al jefe regional operativo de la Policía Nacional de Balears, el comisario Fernando Reboyras, en la que han explicado los pormenores de la investigación desarrollada durante las últimas semanas, y que ha concluido con la hipótesis de que la joven falleció por accidente, sin que intervinieran otras personas, tras meterse voluntariamente en un contenedor de basura a recoger algo, como adelantó Diario de Mallorca.
Según ha explicado el jefe del Grupo de Homicidios, tras recibir la denuncia de la desaparición de la joven, se puso en marcha una gran investigación, en la que se tomaron declaración a numerosos testigos y se revisaron las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona por donde había pasado la joven, que había salido de fiesta con unos amigos por la zona de Santa Catalina y el Paseo Marítimo.
Los investigadores están convencidos de que Agostina estaba en ese momento en el interior del contenedor, y que probablemente se había quedado indispuesta por el consumo de alcohol, unido a los efectos de la medicación que tomaba. No hay testigos que vieran a la joven introducirse en el depósito, pero el seguimiento de su teléfono móvil lo sitúa allí hasta las 00:27, cuando pasó el camión de Emaya, los vació y se llevó la carga a la central de Son Reus. El móvil siguió la ruta del camión hasta la incineradora, donde se apaga a las 02:59 de esa madrugada.
Los investigadores de la Policía necesitaron varios días para tener los resultados del posicionamiento del teléfono móvil. En cuanto los recibieron acudieron a la incineradora, que paralizó las cremaciones, pero era ya el lunes 7. Habían pasado cinco días de la desaparición, y probablemente la carga que trasladó el camión aquella noche ya había sido incinerada.
Sin embargo, se puso en marcha un operativo de búsqueda entre la montaña de desechos que estaban pendientes de ser incinerados. La búsqueda se extendió a la la planta contigua, donde se depositan las cenizas y escorias ya incineradas para su triaje, y a una tercera planta donde se almacenan aquellos restos que no se pueden aprovechar. En la segunda de las instalaciones aparecieron restos óseos, que están pendientes de ser analizados para confirmar si pertenecen a Agostina.
Los investigadores creen que la joven se metió en el contenedor para recoger algo y se quedó indispuesta. «Agostina es de complexión muy delgada, con baja tolerancia al alcohol, y había tomado una medicación que pudo incrementer sus efectos». La Policía ha encontrado un testigo, dependiente de una tienda donde la joven compró una bolsa de patatillas poco antes de desaparecer, que confirmó que parecía estar bajo los efectos del alcohol».
En cualquier caso, la Policía ha confirmado que la búsqueda de Agostina proseguirá hasta que no se confirme su fallecimiento. «Una investigación de desaparición no se abandona». El comisario Reboyras, por su parte, quiso dejar claro que no hay el menor indicio que permita relacionar el caso de Agostina con el de otras desapariciones ocurridas en la isla.