El Corredoria Arena tiene muchas cosas para ser uno de los lugares importantes en el bádminton español. Su color negro, que quizás para otros deportes puede ser un problema, es en cambio una bendición para esta disciplina en la que el cielo se llena de gráciles volantes. En ese pabellón de Oviedo cada año se congregan cientos de promesas nacionales para disputar uno de los máster de categorías inferiores más importantes. Por allí pasa también lo mejor de la cantera asturiana. Una cantera que está de enhorabuena. Y es que para pocos deportes es tan importante un premio como el «Princesa de Asturias» de los Deportes y también en pocos está tan claro quién de entre todos se merece el galardón.

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