En 2022, 40 millones de europeos no podían permitirse calentar su casa. Eran víctimas de la pobreza energética. Un fenómeno que, en menos de un año, ha aumentado un 17,5% y ya afecta, al menos, a 47 millones de europeos. “Necesitamos datos, nos falta mucha más información sobre perfiles de la población y problemática”, ha explicado Baiba Miltovica, presidenta de Transporte, Energía e Infraestructuras del Comité Económico y Social de la Unión Europea en el marco del cuarto congreso internacional de la Alianza de grupos asesores en Pobreza Energética de la Unión Europea (EPAHC) que ha reunido martes y miércoles en Barcelona a entidades sociales, oenegés, expertos y autoridades de todo el continente.
Fuentes de la Comisión Europea han explicado que estos 47 millones de europeos que no pueden calentar su casa, un 10,6% de todos los ciudadanos del continente, son solo la punta del iceberg de todos los afectados por la pobreza energética. «Sabemos que va mucho más allá, no solo significa no poner la calefacción en invierno. Pero nos faltan datos, más investigación. Lo que es evidente es que no deja de crecer y debemos encontrar soluciones de forma conjunta”, han explicado a EL PERIÓDICO fuentes de la Comisión Europea.
Expertos y autoridades de todo el continente se han reunido en Barcelona para debatir medidas que atajen el problema
“Desde 2021, que vivimos la crisis energética en toda Europa, la pobreza energética va aumentando año a año. Y debemos encontrar fórmulas para abordarlo”, ha insistido Miltovica. «Aún estamos esperando los planes contra la pobreza energética de los Estados miembros, se deben crear Observatorios Nacionales con datos para saber si tenemos perfiles específicos, qué efectos tiene esto en la brecha de género: necesitamos datos e indicadores para poder atajar este problema», ha insistido.
Mujeres y calor
Algunos estudios ya apuntan que las mujeres son la cara visible de la pobreza energética: se quedan más tiempo en casa, tienen mayor tasa de pobreza que los hombres y su cuerpo es más sensible a los cambios de temperatura, ha subrayado Miltovica.
Las autoridades europeas también han mostrado su preocupación sobre los efectos de la pobreza energética durante el verano. «Nuestro clima está cambiando. No estábamos preparados para llegar a los 40 grados en verano y debemos actuar», ha apuntado por su parte Kata Tüttő, teniente de alcalde de Budapest.
«Nuestro clima está cambiando. No estábamos preparados para llegar a los 40 grados en verano y debemos actuar»
De hecho, una parte importante de los afectados por la pobreza energética en Europa son españoles. Es el segundo país con peores indicadores, sólo por encima de Portugal, duplicando la media europea. El 20% de españoles no puede calentar su casa, son tres puntos más respecto el 2022. «Lo que no puede ser es que mientras los indicadores no dejan de crecer, las ayudas estén disminuyendo”, se ha quejado Irene González, miembro de la Alianza contra la Pobreza Energética. El Gobierno central reduce cada trimestre los descuentos del bono social eléctrico después de la ampliación que se aplicó tras la pandemia. Hace un año, los afectados podían aplicar descuentos de entre el 65% y el 80% de la factura. Ahora son entre el 57% y el 72%. «Cada tres meses bajarán más de siete puntos hasta volver a como era antes, era una medida preventiva» ha lamentado González.
El bono social en España no llega
Los expertos han criticado la gestión del bono social en España, la ayuda del Ministerio de Transición Energética para facilitar rebajas en la factura de las familias más vulnerables. «Solo lo perciben el 30% de los afectados porque la burocracia y la dificultad de hacer el trámite hace que mucha gente que lo necesita desista», ha explicado Marta Clari, gerente del Instituto de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona. Es lo que detecta el consistorio desde los diez Puntos de Asesoramiento Energético (PAE) que el año pasado atendieron a 36.000 vecinos y evitaron 44.500 cortes de luz, cifra récord desde 2016.
«El bono social solo lo percibe el 30% de los afectados porque la burocracia y la dificultad de hacer el trámite hace que muchos desistan»
El proyecto de los PAE es un referente dentro de Europa. “Barcelona es una de las ciudades que ha tomado la delantera, es de las primeras que tomó medidas al respecto contra la pobreza energética. Por eso hemos hecho el congreso aquí, porque muchas ciudades pueden aprender de sus estrategias”, ha dicho Jeppe Mikel Jensen, director de la EPAHC. “Vemos muchos hogares monoparentales, personas mayores que viven solas, personas con dependencia o que necesitan máquinas para respirar… con ingresos bajos que con el aumento del precio de los suministros y de la vivienda no pueden asumir los pagos”, ha explicado la comisionada de Derechos Sociales del ayuntamiento, Sonia Fuertes.
En la provincia de Barcelona, se calcula que entre un 15% o 20% de los hogares sufren pobreza energética. La Diiputación ha iniciado un millar de auditorías, que relacionan la pobreza energética con que muchos de los inmuebles no son eficientes energéticamente. Y quiere reordenar la red de servicios públicos para que lleguen a quien lo necesita. “Debemos reforzar estos servicios para que sean universales”, ha dicho el diputado Marc Serra.
En la provincia de Barcelona, entre un 15% o 20% de los hogares sufren pobreza energética
Serra también ha apuntado en la necesidad que las empresas eléctricas asuman su parte de responsabilidad. En Cataluña, solo Endesa firmó un acuerdo con la Generalitat para condonar la deuda de las familias vulnerables. «Cada año vemos cómo las grandes suministradoras se reparten dividendos millonarios mientras suben las cuotas y se niegan a condonar la deuda a las familias», lamenta Serra, que pide a las administraciones que asuman el «liderazgo» en este asunto. También González reclama la necesidad de trabajar en esa dirección. «Debemos regular el mercado, porque estas empresas tienen una gran responsabilidad en la pobreza energética», defiende.
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