Las Fiestas del Pilar han llegado a su fin, pero lo han hecho por todo lo alto. El ‘Somos’ de José Antonio Labordeta ha resonado de nuevo en una abarrotada plaza del Pilar y los fuegos artificiales han vuelto a iluminar el cielo zaragozano. Dos tradiciones que, aunque diferentes, comparten un mismo objetivo: celebrar y emocionar.
Con todo preparado, cuando el reloj marcaba las 22.00 llegaba el momento del ‘Somos‘, que ha comenzado media hora más tarde de lo habitual debido a que el Rosario de Cristal este año coincidía con el último día de celebración. Este ajetreado fin de fiestas también ha sido el motivo por el que no ha habido este domingo conciertos en la plaza del Pilar antes de la traca final.
El año pasado, el encargado de interpretar el ‘Somos’ fue Gabriel Sopeña, este año el honor ha sido para la banda de ‘La Estrella Azul’, formada por el propio director de la película, Javier Macipe, y el actor Pepe Lorente, que interpreta en el filme al músico aragonés Mauricio Aznar. Además, el grupo ha contado con Cuti Carabajal como invitado.
Pero, antes de entonar el himno que anunciaba el fin de fiestas, Macipe, Pepe Lorente y Cuti Carabajal han interpretado las canciones más conocidas del grupo Más Birras como ‘Hay una cruz en el saso’ y ‘Apuesta por el rock’n’roll’, además de otra del repertorio del músico argentino. Después de este homenaje a Aznar, ha llegado el ‘Somos’, un momento emocionante en el que toda la plaza del Pilar ha cantado al unísono y a pleno pulmón la canción.
Después, la atención se ha trasladado a la ribera del Ebro. Cuando el reloj ha marcado las 22.30 horas ha sonado el primer estruendo y ha comenzado todo un despliegue de ruido y color. Como cada año, miles de zaragozanos y visitantes se han congregaron en la orilla del Ebro para disfrutar del espectáculo pirotécnico que daba cierre a las fiestas.
Con un ambiente festivo y división en las ganas de que las fiestas llegasen a su fin (solo algunos querían volver a la rutina el lunes). En palabras de Darío, un zaragozano de 35 años que acudía por primera vez a los fuegos artificiales: «Nunca me había quedado hasta tan tarde, pero como este año ha coincidido con el Rosario de Cristal, ya que he venido, he decidido quedarme a los fuegos. No imaginaba que viniera tanta gente».
Los más pequeños de la casa tampoco se han perdido la cita. Aunque había división entre caras de asombro y lloros. Raquel, madre de dos niñas de 5 y 7 años, ha comentado que «aunque mañana tengan que ir al colegio, les encantan los fuegos y no se los querían perder por nada». A su lado, Martín, de tres años, no estaba tan emocionado: «Hemos venido pensando que le gustarían, pero está asustado con el ruido, no sé si aguantaremos hasta el final», ha confesado Ramón, el padre del pequeño.
Zaragoza se ha despedido este domingo de sus días grandes. La traca final ha dejado entre los asistentes una sensación de alegría y nostalgia a partes iguales por unos Pilares que ya concluían. Los zaragozanos, una vez más, esperan con ganas el regreso de sus fiestas para las que ya ha empezado la cuenta atrás.