El pasado verano, el Real Zaragoza rompió las cadenas que lo habían atado a un mismo destino durante la última década y, a la vez, rompió la banca. En una operación que indirectamente sirvió de anuncio del inicio de una nueva era, con un músculo inversor más poderoso que luego se concretó en varias compras más y en fichajes de alta cotización en el mercado, la SAD culminó el traspaso de Samed Bazdar por 1,5 millones de euros por el 50% de su pase y la posibilidad de adquirir la otra mitad por la misma cantidad, algo que es obligatorio si el equipo asciende a Primera División y opcional antes, muy recomendable vista la proyección del jugador.
La llegada de Bazdar desde el Partizan de Belgrado fue la operación más llamativa del club en verano por su importante valor simbólico y por su envergadura económica, inusual en esta etapa de doce años en Segunda División. El Real Zaragoza incorporó a uno de los futbolistas más prometedores del fútbol serbio a una edad muy joven, sólo 20 años. Fue una apuesta doble: de presente por sus condiciones ya consolidadas y de futuro por sus posibilidades de crecimiento, tanto desde el prisma deportivo como financiero.
En nueve jornadas, Bazdar ha justificado su apuesta con varias apariciones estelares, la última este pasado viernes en Tenerife, donde fue determinante para la remontada del Real Zaragoza con dos tantos, el primero tras un rechace de Salvi y el segundo con un toque sutil de zurda fuera del alcance del guardameta. Anteriormente, frente al Levante, el serbio había sido el protagonista del triunfo aragonés con un gol de talento puro desde fuera del área, con una conducción elegante y un disparo muy bien tocado con su pierna menos natural. Tres goles que han supuesto seis puntos y que llegaron en momentos decisivos y de máxima exigencia.
Bazdar es un jugador talentoso, alto pero con buena movilidad, hábil para jugar con los pies, con un golpeo notable con las dos piernas, mucha capacidad para el ver el mundo de cara en toda su amplitud, creatividad, conducciones finas, dulzura en sus movimientos, naturalidad para asistir y un regate pícaro. Además es un buen finalizador. Al Real Zaragoza le costará tres millones de euros cuando culmine su contratación. Si continúa ofreciendo este nivel, su precio pronto se multiplicará. En el medio plazo, Bazdar puede ser un jugador realmente cotizado y su fichaje, que fue elevado en el contexto del club en Segunda División, quizá acabe siendo una ganga absoluta.