En España hay aproximadamente 100.000 mujeres que son víctimas de la trata. El 80% de las mujeres que ejercen la prostitución en España no la ejercen libremente. La ejercen, en muchas ocasiones, porque han sido engañadas, porque son víctimas de la trata. Cuando vas por la calle y ves un puticlub, o cuando vas por la carretera y ves un club de alterne, ahí hay mujeres ejerciendo la prostitución, y el 80% son víctimas de la trata.
Es por ello por lo que existe en Madrid el programa Oblatas, que está vinculado a unas religiosas que ayudan a las mujeres que víctimas de la trata. Un local al que ha acudido Fernando de Haro en La Mañana del Fin de Semana, para entender mejor una situación que afecta a un gran número de mujeres en España. Y hay algo que le llama la atenció nada más llegar: no hay ningún rótulo. «Hay que tener en cuenta que las mujeres víctimas de la trata son víctimas también de mafias», señala el presentador del programa.
Ahí, Fernando habla con Mónica, una de las mujeres cuya labor es ayudar a esas mujeres. Ya han atendido, en lo que llevamos de año, a cerca de 200 en el local. «Previa entrada de la mujer aquí ha habido antes un trabajo de calle, en el cual nosotras salimos a buscar a la mujer.
Entonces, hacemos salidas de calle, que es un programa de intervención en contextos donde se ejerce prostitución y son salidas mensuales que realizamos las trabajadoras, las voluntarias del programa, las hermanas, y consiste en ir donde se encuentra la mujer, en espacios tanto abiertos como cerrados: clubs, pisos, en polígonos…», explica Mónica.
«ALGUNAS LLEGAN ENGAÑADAS Y EN MAL ESTADO DE SALUD»
Allí, su labor es que conozcan cómo pueden ser ayudadas y, sobre todo, generar confianza en las que se sientan cómodas. Porque están en una situación muy, muy complicada. Y, en algunos casos, con un engaño masivo de por medio. «Su vida es una vida difícil. Cada mujer es una historia, hay tantas formas como mujeres conocemos.
Entonces, por decirlo a lo mejor de una manera general, pues son mujeres migrantes que han llegado a España con muy poca o nula formación, con muy escasa red también, y bueno, vienen algunas sabiendo a lo que vienen y otras no, entonces bueno… Algunas llegan engañadas. Desde luego, la forma en la que ellas piensan que van a venir no suele ser la que les han contado. O sea, luego lo que se encuentran aquí no es lo que ellas a lo mejor en país de origen tenían en mente que se iban a encontrar», añaden desde las Oblatas.
Hasta el punto en el que algunas de estas mujeres sufren hasta problemas de salud. «El principal problema es que como casi ninguna tiene su situación administrativa regular, no saben que tienen derecho al acceso de la salud pública.
Entonces, se las asesora para que puedan conseguir un documento llamado DASE o DASPI, es un documento como si fuera la tarjeta sanitaria, siempre y cuando tengan un pasaporte y un padrón, y puedan acceder a un centro de salud, a tener un médico de familia, enfermero, etc. Hay veces que tienen problemas de salud.
El problema es que como ellas no van al médico o no saben que pueden ir al médico, muchas de ellas no pueden pagarse tampoco un médico privado. Entonces, la situación, sobre todo el tema ginecológico, el tema de revisión…», continúan desde el local. Una labor que hay que valorar mucho y que refleja, sobre todo, la grave situación que viven estás cerca de 100.000 mujeres en España.