Un día después de que el Parlament expresara con los votos del PSC, ERC y los Comuns su apoyo a que Cataluña tenga una «financiación singular», ERC ha empezado una estrategia de presión para que Junts se sume también a la propuesta. La número dos de los republicanos, Marta Vilalta, ha pedido al partido de Carles Puigdemont que no se desentienda del «consenso» que hay sobre la cuestión porque, ahora sí, Cataluña se encuentra ante una «gran oportunidad» para dar un salto de calidad en sus ingresos.
En el pleno de este jueves, Junts se desmarcó de la propuesta de financiación que sí votaron a favor el PSC, ERC y los Comuns por considerar que no satisfacía plenamente las necesidades de Cataluña. Presentó una propuesta propia, que fue rechazada por falta apoyos. Así, Vilalta ha pedido al partido de Carles Puigdemontque se sume a la propuesta principal: «Lamentamos la actitud de formaciones que son imprescindibles. Pedimos que se sumen al consenso y que estén en la trinchera común».
Apelamos a los que tienen los votos decisivos para que se hagan cumplir los acuerdos
ERC ha empezado la estrategia de presión porque sabe que los votos de Junts serán decisivos cuando la nueva financiación llegue al Congreso. Es decir, sin los votos de los posconvergentes, difícilmente que podrán modificar las leyes que hay que tocar para alumbrar el nuevo sistema. Vilalta no ha escondido que la cuestión de los votos es clave: «Apelamos a los que tienen los votos decisivos para que se hagan cumplir los acuerdos».
La número dos de ERC también ha dirigido algún aviso al president de la Generalitat, Salvador Illa, para que, ahora que hay un mandato claro del Parlament a favor de la financiación empiece cuanto antes la negociación con el Gobierno de Pedro Sánchez. Así, ha asegurado que su partido estará vigilante para que se cumpla «de la primera a la última letra del acuerdo». «Se tiene que empezar a implementar en los próximos meses», ha dicho.
Vilalta también ha esbozado cuáles tiene que ser los primeros pasos para empezar implementar el acuerdo. El primero, empezar a «dimensionar» la Agència Tributària de Cataluña -dependiente de la Generalitat- para prepararla para gestionar «todos» los impuestos de los catalanes. Después habrá que empezar a armar la operación legal con cambios legislativos en el Parlament y el Congreso. La primera meta es que Cataluña ya pueda gestionar todo su IRPF en 2026. Así figuraba en el pacto entre republicanos y socialistas.
Los problemas actuales
Antes de que Vilalta hiciera su intervención, los republicanos habían convocado un acto para abordar el asunto de una forma más académica y técnica con la participación de la catedrática de Economía Pública de la Universitat de Barcelona Núria Bosch; el secretario de Economía de ERC, Jordi Castellana, y la que fue secretaria de Hacienda de la Generalitat desde el 2018 hasta hace una pocas semanas, Marta Espasa.
Bosch ha sido la encargada de señalar los todos los problemas del sistema actual. Una de ellas, un problema de «equidad vertical». El modelo de financiación que hay vigente se pactó en 2009 cuando el «grado de cobertura» que daban las comunidades a sus ciudadanos no era el actual. Así, con el paso de los años, han aumentado «las necesidad de gasto» de las autonomías mientras que no han tocado sus ingresos.
«Diferentes interpretaciones»
Espasa, que hasta hace bien poco tenía un puesto clave en la administración catalana y es independiente, ha señalado algunos de los escollos para conseguir la nueva financiación. El primero es que lo pactado entre ERC y el PSC es un «acuerdo que admite diferentes interpretaciones». Sea como sea, ha apuntado una de las claves para aplicarlo será aumentar los trabajadores que tiene actualmente la Agència Tributaria de Cataluña. Su idea es que, «manteniendo las condiciones laborales», algunos de los 25.000 trabajadores actuales de la Agencia Tributaria estatal pasen al ente catalán. Esta será uno de los temas más sensibles, como admitió el miércoles pasado en el Parlament el propio president Illa.
La función de Castellana ha sido describir la magnitud del cambio. Actualmente, se recaudan en Cataluña 52.000 millones de euros en impuesto al año, de los que la Generalitat solo recauda 4.900, menos del 10%. Pasar a gestionar el 100%, como se fija en el acuerdo, sería un «incremento grandioso». Para todo esto queda un largo proceso y, sobre todo, varias votaciones en el Congreso en las que los votos de Junts tendrán mucho que decir.