El Banco de Israel ha decidido disminuir sus expectativas de crecimiento para el presente año y el siguiente, como consecuencia de los efectos adversos que la prolongada guerra con Hamás y la reciente escalada de enfrentamientos con Hezbolá han tenido sobre la economía del país.
Ahora, se prevé que la economía israelí crezca un 0,5% en 2024 y un 3,8% en 2025, asumiendo que los combates continuarán de manera intensa hasta inicios del próximo año. Esta revisión de las proyecciones modifica las cifras presentadas en julio, cuando se estimaba un crecimiento del 1,5% en 2024 y del 4,2% para 2025.
El banco central ha manifestado que el recorte en las expectativas de crecimiento para 2025 “refleja combates más intensos a principios de 2025 (en relación con la evaluación del pronóstico de julio) y un retraso en la recuperación gradual de la actividad económica hasta la segunda mitad de 2025”.
El Tesoro, que ya había ajustado su proyección de crecimiento el mes anterior, estima que la economía se expandirá en un 1,1% en 2024 y en un 4,4% en 2025.
Con el fin de reflejar las nuevas previsiones de crecimiento, el banco central ha decidido mantener su tipo de interés de referencia en un 4,5% por sexta reunión consecutiva. Esta decisión responde a un aumento generalizado en la tasa de inflación, alineándose con las expectativas de la mayoría de los economistas.
En enero, el banco central llevó a cabo la primera reducción de los costos de endeudamiento en casi cuatro años, disminuyendo en 25 puntos básicos desde el 4,75%. Esta medida se tomó para brindar apoyo a los hogares y empresas durante los primeros meses de la guerra con Hamás y ante un entorno inflacionario que comenzaba a moderarse.