‘Strange darling’ (Secció Oficial Competició) llegaba a Sitges precedida por su buena acogida en el Fantastic Fest de Austin (Tejas) o la aprobación de Stephen King, y no, no ha defraudado: se habla de ella en las calles y casi siempre para bien o muy bien. Si ganara el Premio del Público, no sería una sorpresa. Quien más, quien menos ha encontrado algo con lo que deleitarse en este ‘thriller‘ perverso, sexi y violento, con no poca enjundia plástica (se saca gran partido al rodaje en 35 mm) e incluso ciertas ínfulas ‘arty’ siempre agradables. Quienes no pudieran desplazarse a Sitges podrán verla en los cines desde este mismo viernes.
Tienta la idea de dejar este texto aquí. Como empieza a ser bien sabido, cuanto menos se sabe sobre ‘Strange darling’, más fácil es disfrutarla. Este cronista se enfrenta a la pregunta: ¿cómo informar sobre una película con la que, como con todo en este mundo, ignorancia significa felicidad? «Expliquémosla como una peli sobre una relación», propone su director, el prometedor JT Mollner. «Sobre dos personas extraordinarias que se ven bajo una presión extraordinaria. Y el modo en que manejan esa presión. La idea era acercarse de manera original a la ‘final girl’: todo empieza en el punto en que acaban la mayoría de pelis de terror y después vamos dándole a ese personaje femenino más voluntad y matices». Willa Fitzgerald, la joven Madeline Usher de Mike Flanagan, merece nominación al Oscar por su tour de force.
Carretera al infierno
Podríamos hablar también, por ejemplo, de lo fácil que resulta imaginar a Quentin Tarantinodisfrutando de ella. De entrada, está filmada en celuloide, «el único modo en que sé rodar, como hice casi todos mis cortos y mi anterior película [‘Ángeles y forajidos’, de 2016]», señala Tollner. Quien saca aquí lustre a los 35 mm es, curiosamente, el actor Giovanni Ribisi, en su debut en la dirección de fotografía. Encontró espacio entre los rodajes de la saga ‘Horizon’ de Kevin Costner y la próxima entrega de ‘Avatar’ para dedicarse a ello. «Es muy sorprendente, es increíble. Nos hicimos amigos hace siete años porque nos gusta el mismo cine. Vi cosas que había filmado y me parecieron muy buenas. Cuando le enseñé el guion, se empeñó en sumarse a la aventura».
Como ‘Pulp fiction’, entre otras obras maestras, la retorcida (en más de un sentido) ‘Strange darling’ se beneficia sobremanera de su estructura no lineal. Pero su argumento, en realidad, es bastante sencillo, sin que eso signifique que los personajes o su psicología lo sean. Se puede pensar en las tensas ‘road movies’ con las que el guionista Eric Red despuntó en los años ochenta. «Curiosamente, J. J. Abrams vio la película, le encantó, me llamó y me dijo que le recordaba al guion de ‘Carretera al infierno’. Mi pretensión era hacer algo muy directo, pero a la vez con complejidad emocional. Pensaba en el Polanski de ‘Repulsión’. Si alguien te dice: ‘Catherine Deneuve pierde la cabeza y mata a alguien en un apartamento’, igual no parece algo muy complejo, pero cuando ves la película tienes una experiencia rica». Otra influencia reconocida por Mollner es el Monte Hellman de ‘Carretera asfaltada en dos direcciones’, muy presente en planos de coches que quitan el aire.
El reparto de ‘Strange darling’ incluye a dos grandes en pequeños papeles: la legendaria Barbara Hershey y el clásico secundario Ed Begley Jr. (Clifford Main en ‘Better call Saul’, por ejemplo). Conoció a este último en el funeral de su tía DeDe Mollner, a quien dedica la película y que fue capital en el desarrollo de su cinefilia. «Tras aquel encuentro, Ed y yo seguimos un poco en contacto», recuerda Mollner. «Es un hombre agradable. Cuando fichamos a Barbara Hershey, que me pareció un sueño, le envié un mensaje diciéndole: ‘¿Estarías interesado en ser el marido motero de Barbara Hershey durante una semana de agosto?’. Me pidió el guion y a los dos días aceptó».
Keith Carradine canta
Una última conexión Tarantino antes de terminar: la voz masculina que escuchamos en esa preciosa versión del clásico ‘Love hurts’, estrenado por los Everly Brothers en 1960, es la del actor Keith Carradine, medio hermano del villano de ‘Kill Bill’. «La autora de la mayoría de temas del filme, Z Berg, había grabado una versión demasiado moderna de esa canción. Yo prefería algo en la línea de lo que hicieron Emmylou Harris y Gram Parsons. Fue ella quien tuvo la idea de llamar a Keith, su padrino, para más señas”.