Lector: antes de comenzar este análisis me veo obligada a hacer previamente una reflexión personal pues este es, sin duda, el tema más complicado que he escrito desde que estoy en ElPlural.com. Comencemos diciendo que el hecho de que asesinos como Txapote o Anboto consigan salir antes de prisión nos revuelve las tripas tanto a mí, como al resto de mis compañeros. Porque sí, son unos asesinos sin escrúpulos. Pero una vez dicho lo anterior, hay otra realidad que no podemos obviar aunque duela. Una realidad que va más allá del histrionismo político e incluso, mal que nos pese, del dolor inhumano que la excarcelación o reducción de penas va a suponer a las víctimas. Y esa realidad es la de pertenecer a la Unión Europea. Una realidad que nos obliga a veces a aceptar hechos que, aunque sea en una mínima parte de su aceptación, va a suponer una revictimización para las víctimas difícilmente explicable.

Una vez hecha esta reflexión vayamos por partes. Para no hacer de este análisis algo técnico que no se entienda vamos a tratar de explicar lo sucedido: existe una transposición europea que obliga a España (y al resto de países miembros) a que las penas cumplidas en países de la unión se computen con la pena impuesta en España. Obviamente el legislador no pensaba en el asesino de Miguel Ángel Blanco o de Gregorio Ordóñez cuando aprobó la norma, sino más bien como explica una de las fuentes consultadas en los que cumplen por asociación de malhechores.

Claro que a todos se nos revuelve el estómago de pensar que el citado Txapote saldrá en libertad el año que viene, pero es que España no puede hacer otra cosa más que aplicar esa transposición si no quiere enfrentarse a serias multas por parte de la Unión Europea. Y es en ese momento cuando, quienes han decidido tergiversar la realidad hacen referencia a una sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo que dio la razón a las víctimas.

En dicha sentencia, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) avaló a España por no computar los años de cárcel cumplidos en Francia por tres etarras y así se consiguió retrasar de esa manera su excarcelación. Hay un extremo que ahí no se explica, y es que nadie ha acudido al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), cuyos miembros son los que de verdad sí tienen la última palabra sobre este asunto. Duele mucho esta realidad, sobre todo a las familias de las víctimas que por supuesto tienen todo el derecho en el mundo a decir lo que quieran. Pero la realidad del asunto es que fue el propio TJUE quien no dudó en cargarse la doctrina Parot porque aplicaba con carácter retroactivo el derecho penal, ampliando así las condenas de los presos.

¿Dolió tras aquella sentencia que Miguel Ricard, asesino de las niñas de Alcàsser saliera en libertad?… Muchísimo, pero es que tenía derecho pues había cumplido su pena, pues ni somos EEUU donde existe la cadena perpetua, ni vivimos en la Edad Media donde se podía encarcelar a una persona y tirar la llave. Vivimos en un estado de derecho que, además, pertenece a la Unión Europea.

Ahora nos encontramos ante una situación muy parecida a la que sucedió con la Parot, ya que, como explican las fuentes consultadas: “Estaríamos ante otra doctrina Parot pero encubierta”. La pregunta que surge es ¿puede España echar para atrás la aprobación de la aplicación de la transposición tal y como se ha planteado por parte del PP? Bueno, pues poder claro que puede, pero a la larga supondría otra bofetada del TJUE a España.

Por último, y dentro de este asunto, tenemos la parte política, en la que este artículo no entrará más allá de recordar a los lectores que el Partido Popular no es que haya votado a favor en el Congreso de los Diputados tras toda la tramitación parlamentaria, es que ya votó a favor en la Eurocámara. Por tanto, ¿el gol por la escuadra del que hablan los populares se lo han metido en Madrid o fue en Bruselas? Porque vamos, han tenido años (16 para ser exactos) para darse cuenta de lo que suponía aplicar esta transposición. Así pues, saquen ustedes sus propias conclusiones de todo el ruido político que están escuchando estos días, pero nunca olviden que España forma parte de la UE tanto para lo bueno, como para lo malo.

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