El brandy europeo vuelve a ser protagonista. Las acciones de Rémy Cointreau y Pernod Ricard se desploman en la bolsa francesa después de que China haya anunciado «medidas antidumping provisionales» sobre las importaciones de brandis procedentes de la Unión Europea (UE). La medida, que entra en vigor este próximo viernes 11 de octubre, ha sido interpretada como una respuesta a los aranceles impuestos a las importaciones europeas de coches eléctricos producidos en China.

En concreto, Pekín impondrá un impuesto de entre el 30,6% y el 39% a las importaciones de brandy europeo. Así, el gigante asiático da un giro de 180 grados después de que a finales de agosto anunciara que no impondría nuevos aranceles a estos espirituosos. En un comunicado, el Ministerio de Comercio aseguraba que existía dumping en las importaciones de estas bebidas alcohólicas y que existía el riesgo de que «la industria nacional del brandy sufra daños considerables».

En dicho comunicado, el ministerio chino aseguraba que se daban márgenes de dumping de entre el 30,6% y el 39%, pero también que decidía no imponer ninguna medida antidumping provisional. La decisión había sido adelantada en mayo por Emmanuel Macron, presidente de Francia, tras una reunión con su homólogo chino Xi Jinping. Con todo, Pekín dio un plazo para que las partes interesadas pudiesen presentar observaciones por escrito a la autoridad investigadora.

«Seguimos confiando plenamente en que nuestras exportaciones de coñac a China se ajustan por completo a todas las normas aplicables de la Organización Mundial del Comercio. También les recuerdo que, según la evaluación detallada de la Comisión Europea (CE), el fundamento de la investigación china es cuestionable», explicó Olof Gill, portavoz de Agricultura y Comercio de la CE, tras conocerse el resultado de la investigación del Ministerio de Comercio chino. Gill también subrayó que el Ejecutivo comunitario no dudaría en tomar «todas las medidas necesarias» para defender a los exportadores de la UE.

Si bien China es un mercado importante para los fabricantes de destilados, numerosos analistas opinan que este movimiento no es sino una medida de castigo por los aranceles impuestos a sus coches eléctricos. «China está mostrando a Europa cómo podrían ser las represalias si impone aranceles a los vehículos eléctricos chinos», explicó Noah Barkin, asesor principal de Rhodium Group, en declaraciones a ‘Bloomberg’.

No es extraño que Pekín utilice el comercio como arma de presión para alcanzar sus objetivos. En los últimos trimestres, China ha respondido a las sanciones impuestas por EEUU a la importación de chips y tecnologías avanzadas para su fabricación con restricciones a la exportación de minerales críticos para la producción de dichos semiconductores o de energías limpias.

El coñac se considera un producto de alto standing en China, que se vende a precios muy superiores a los de los alcoholes locales como el baiju. Según algunos analistas especializados, esto hace que la acusación de dumping sea «bastante exagerada». Según datos de Statista, China importó alrededor de 1.700 millones de euros en brandy, un 27% más que en el año anterior. Además, esta bebida es el destilado más importado en China, con 43,32 millones de litros importados.

De igual modo, el hecho de que los aranceles vayan dirigidos, sobre todo, al coñac no es casualidad: la región de Cognac, en Francia, es la única área geográfica designada para la producción de este tipo de brandy, y las marcas de coñac deben cumplir con estrictas regulaciones para llevar ese nombre. Y es que Francia ha sido el principal defensor de los aranceles a los coches eléctricos chinos, mientras que Alemania ha sido el principal opositor. Cabe señalar que los fabricantes alemanes son mucho más dependientes de las ventas en el gigante asiático que sus homólogos galos.

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