Los científicos han descubierto los microbios vivos más antiguos conocidos hasta la fecha, sellados durante dos mil millones de años en una fractura de roca a casi 15 metros debajo de la superficie del suelo sudafricano. Este descubrimiento podría ser la clave para comprender las primeras etapas de la evolución, no sólo en la Tierra, sino también potencialmente en otros planetas.

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