David Domínguez, responsable del proyecto Redmeteo y colaborador de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), apela a la prudencia que exige siempre una disciplina como la meteorología hasta conocer con exactitud la zona de impacto de ‘Kirk’. La razón es que una diferencia de 100 kilómetros más al norte o más al sur, que para una borrasca no es nada, puede marcar la diferencia. 

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