Cada caso de esclerosis múltiple (EM) es casi único. Debuta, se manifiesta y evoluciona de forma diferente en cada afectado –más de 55.000 en España–. No en vano se la conoce como la enfermedad de las mil caras. Los síntomas más habituales son la fatiga, problemas de visión, hormigueos, vértigos y mareos, debilidad muscular, espasmos y problemas de equilibrio y coordinación. Otras manifestaciones no son visibles, aunque tienen de igual forma un fuerte impacto en el día a día de las personas afectadas.

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