El hospital Miguel Servet de Zaragoza ya ha realizado desde el pasado mes de mayo un total de 42 operaciones con el robot Da Vinci, el primer aparato de cirugía robótica instalado en la sanidad pública de Aragón que permite una gran precisión quirúrgica y es mínimamente invasivo.
Hasta la fecha se han llevado a cabo 23 intervenciones de Urología y 17 de Cirugía General. Dentro de esta última especialidad, las operaciones las han realizado la unidad de colon, bariátrica (obesidad) y esofagogástrica. «Estamos muy satisfechos no solo por disponer de esta tecnología puntera, sino porque los resultados en los pacientes están siendo muy positivos», asegura a este diario Sonia Cantín, coordinadora médica del bloque quirúrgico y responsable de la implantación de la cirugía robótica en el Servet.
De hecho, esta semana pasada ya hubo una reunión del equipo para realizar operaciones de Ginecología, Cirugía Torácica y Otorrinolaringología con el Da Vinci. «Al ritmo que vamos, vista la buena adaptación y la dinámica, creo que podríamos terminar el año con alrededor de cien intervenciones hechas», añade Cantín.
«Estamos muy satisfechos no solo por disponer de esta tecnología puntera, sino porque los resultados en los pacientes están siendo muy positivos», asegura a este diario Sonia Cantín, cirujana y coordinadora de la implantación del Da Vinci en el Miguel Servet.
La doctora lleva 25 años trabajando en el hospital Miguel Servet, por lo que ha vivido de cerca la evolución de las técnicas de cirugía. «Si me dicen cuando llegué que un robot de estas características llegaría aquí y operaríamos con él, no lo hubiera imaginado jamás», confiesa.
Menos efectos entre los pacientes
«Cuando se empezó a usar la cirugía por laparoscopia ya se decía que aquello era una revolución. El Da Vinci por aquella época era ciencia ficción. Ahora mismo ya no es la tecnología del futuro, es la del presente», asegura Cantín.
«Estamos hablando de una cirugía que apenas deja cicatriz, pero es que además con ella el paciente sufre menos dolor tras la operación, su estancia hospitalaria se reduce, no hay riesgos de sangrado y su vuelta a la vida rutinaria la hace mucho antes», explica la doctora.
Para poder realizar las operaciones con el robot, los profesionales sanitarios necesitan de una certificación que avale su uso óptimo del aparato. «Digamos que hay que superar una parte teórica por medio de un examen y otra práctica para tener esa certificación. En el caso de los cirujanos, la práctica se hace en un centro especializado en el manejo del robot Da Vinci. Hay varios en el país y nosotros, por ejemplo, fuimos a Badalona», explica Cantín. «Estuvimos varios días con sesiones prácticas y teoricas, que aplicamos sobre tejidos de animal», añade.
El robot quirúrgico se compone de una consola ergonómica desde la que el cirujano opera sentado, mientras que otros dos compañeros le asisten a pie de la mesa quirúrgica. Al lado del paciente se sitúa la torre de visión y el carro quirúrgico, que incorpora varios brazos robóticos interactivos controlados desde la consola. En el extremo de los brazos se encuentran acopladas las distintas herramientas que el facultativo necesita para operar, tales como bisturís o tijeras.
En detalle, el hospital Miguel Servet cuenta con dos equipos acreditados de Urología y tres de Cirugía General para el uso del Da Vinci. Dentro de ésta última, hay uno de Coloproctología, otro de Cirugía Bariátrica y otro de Esofagogástrica. «Cada equipo está formado por dos cirujanos. Uno es el que maneja la consola, que hace moverse al robot, y el otro es el ayudante», detalla Cantín.
Casos seleccionados
De momento, la forma de proceder para el uso del Da Vinci en el Servet es con «casos seleccionados» porque no todas las cirugías son susceptibles de realizarse así. «Las técnicas tradicionales y la laparoscopia siguen teniendo su espacio porque, obviamente, no todas pueden ser robóticas», añade la doctora.
«Estoy convencida de que en este campo se va a seguir dando muchos pasos. Hace unos días leía que se estaban diseñando robots Da Vinci flexibles para operar enfermedades cardiacas y torácicas. Es decir, para que se entienda, que los dedos de ese robot son mucho más manejables y permiten mayor flexibilidad en su manejo. Por eso digo que la cirugía robótica es un mundo por explorar», añade.
El anterior Ejecutivo anunció que a lo largo de este 2023 llegarían otros dos aparatos Da Vinci a los hospitales Clínico y Royo Villanova, en Zaragoza. De momento, esta cuestión está en el aire y se desconoce si se instalarán antes de que termine este año.