Salvamento Marítimo conocía las carencias de la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por World Aviation y Elit’Avia y, aún así la contrató para realizar servicios aéreos de emergencias y seguridad marítima desde Canarias, Valencia y Galicia. El informe técnico que valora la idoneidad de la oferta ya advertía de sus deficiencias, haciendo hincapié en su escasez de personal y en la falta de información sobre los medios tecnológicos que aporta al servicio. Así, el comité de valoración otorgó a la propuesta de este consorcio empresarial una puntuación final de 24,5 puntos sobre 40 posibles. No obstante, al ser el único candidato, se le adjudicó el contrato de cinco años valorado en 42 millones por 8,8 millones anuales.
El informe del comité de valoración recoge que «la dimensión del personal de operaciones y de mantenimiento es un número muy ajustado» y alerta de que «podría impactar negativamente en el servicio en momentos puntuales». Pese a esta advertencia, en el apartado que analiza el sistema de trabajo, le asigna seis puntos sobre los ocho posibles.
Formación y entrenamiento
Otro de los aspectos que los técnicos señalan como negativos es el plan de formación y entrenamiento, pues rechazan la descripción vaga que hace la UTE sobre el contenido y cantidad de horas lectivas que ofrece a su plantilla, el tipo de aeronaves que empleará para su entrenamiento, la frecuencia con la que les ofrecerán cursos, el número de instructores y examinadores disponibles para los entrenamientos, así como la adecuación de los entrenamientos a las misiones de Salvamento Marítimo. En este capítulo, apenas le asignan un punto sobre seis.
También subrayan que las aeronaves propuestas como sistema de respaldo carecen de «algún sistema que permita el seguimiento del vuelo desde los centros de coordinación». La robustez y flexibilidad del servicio consigue 6,5 sobre los ocho posibles, aunque se «valora negativamente» la falta de datos sobre el sistema que proponen para «la movilización de las unidades a ubicaciones concretas para atender emergencias».
Fuentes de la empresa World Aviation sostienen que «el servicio se está prestando de conformidad con el contrato y con la legislación vigente». La UTE asegura que cuenta con 3,5 tripulaciones para volar el avión ubicado en Gran Canaria y que la base está «cubierta y en servicio». Si bien la compañía reconoce que las tripulaciones no tienen una base específica asignada y van rotando en función de las necesidades.
Adaptarse al Airbus CN235
El contrato se adjudicó el 23 de julio de 2024, cuando comenzó un periodo para que la empresa pudiera hacer una puesta a punto interna y el 27 de agosto de 2024 (fecha de entrada en servicio) comenzaba un periodo de transición de seis meses, para que los pilotos se puedan adaptar al modelo de avión Airbus CN235, con el que opera Salvamento Marítimo. La entidad pública de rescate es el único organismo a nivel mundial que este avión con matrícula civil, con lo que los únicos pilotos que pueden volar este modelo en el entorno civil son los pilotos del servicio aéreo de Salvamento Marítimo. Ante esta especificidad, que supone un reto para una empresa nueva, Sasemar incluyó un periodo de adaptación de seis meses para que la nueva adjudicataria pudiera obtener o adaptar las licencias necesarias. Actualmente, World Aviation asegura encuentrarse en esta fase y, a lo largo de este mes, tiene previsto que dos nuevas tripulaciones tengan adaptadas sus licencias de vuelo al modelo CN235.
Según señala Salvamento Marítimo, hasta que World Aviation no obtenga la misma autorización otorgada por las autoridades aeronáuticas a la anterior contratista (Avincis, que gestionó este servicio durante tres décadas) «no pueden realizar operaciones de emergencia durante el periodo de descanso de la tripulación». Así, en plena crisis migratoria, existen franjas en las que el Sasemar 103 no puede entrar en funcionamiento.
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