Uno de cada tres adultos en tratamiento por adicción al juego comenzó a apostar siendo menor. Este es el motivo de la enorme preocupación que reina entre los psicólogos de la provincia de Murcia ante lo que observan en consulta: un inicio demasiado temprano del manejo de redes sociales y los videojuegos, en torno a los 10 años. La actividad máxima se alcanza a los 16 años, y en la franja que va desde esta edad hasta los 30 está el grueso de las personas atendidas por adicciones, que ha ido bajando pues antes estaba en los 40 años. «Las apuestas en menores es algo muy común», coinciden.

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