Emiliano García-Page no dejará de manifestar su rechazo al concierto catalán en su encuentro con Pedro Sánchez este viernes en Moncloa, pero su prioridad será pelear más recursos económicos para Castilla-La Mancha. El presidente castellano-manchego acudirá a la ronda de contactos bilaterales con el presidente del Gobierno con la carpeta de la “infrafinanciación” sobre el brazo, según fuentes de su entorno, además de cuestiones que considera esenciales para su región en materia de agua, infraestructuras o energía.
Su principal reivindicación pasa por forzar un fondo transitorio o de nivelación para compensar esta infrafinanciación mientras no se reforma el modelo de financiación autonómica. Algo en lo que coincide a grandes rasgos con los presidentes de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, y Murcia, Fernando López Miras, quienes se reunirán también con Sánchez en el bloque de encuentros bilaterales de este viernes.
El mantra de Moncloa en esta ronda de contactos es que se han aumentado exponencialmente los recursos destinados a las comunidades autónomas en comparación con la etapa del Gobierno de Mariano Rajoy, así como aplacar las críticas al concierto catalán garantizando solidaridad interterritorial y más financiación para todos los territorios.
En lo que presentan más diferencias estos tres barones es respecto a la quita parcial de la deuda. García-Page se inclina por una reestructuración, aunque con ciertos matices a lo ofrecido por el Gobierno para extender a otras comunidades el acuerdo alcanzado con los independentistas catalanes, mientras que Génova ha pedido a sus barones no aceptar quitas fuera del marco multilateral.
Después de que se pusiese encima de la mesa la opción de la quita del 20%, desde Castilla-La Mancha se planteó que fuese mayor para las comunidades consideradas infrafinanciadas. Otro de los asuntos en los que chocan abiertamente Page y los populares Mazón y López es respecto a la guerra del agua por el trasvase Tajo-Segura, aun abriéndose al diálogo.
Asuntos “relevantes” para la región
Desde el equipo del barón socialista echan mano del último informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) publicado este mismo jueves para ratificar la financiación que vendría sufriendo Castilla-La Mancha durante los últimos años. Según los últimos datos, esta región se encuentra por debajo de la media de financiación por habitante ajustado (que suma la financiación efectiva y las transferencias extraordinarias del Estado), con 95,3 euros. En la parte alta de la tabla estarían La Rioja, Cantabria y Baleares y en la baja Murcia (91,4 euros), Comunidad Valenciana (92,4 euros) y Andalucía (95 euros).
La posición de rechazo de García-Page al acuerdo en financiación firmado con ERC para la investidura de Salvador Illa ya quedó patente en la última reunión del Comité Federal del PSOE y este viernes reiterará su posición con un marco más institucional. Así lo avanzaba el propio presidente del Castilla-La Mancha este jueves, aun incidiendo en su voluntad de diálogo y de buscar acuerdos en asuntos “relevantes” para su comunidad autónoma.
Rechazo al pacto con Bildu
Muestra de que no se rehuirá de sus posiciones críticas es que tras conocerse el pacto del PSOE con EH Bildu anunciado este jueves para derogar algunos de los artículos de la Ley de Seguridad Ciudadana, comúnmente denominada ‘ley mordaza’, García-Page arremetía con dureza contra los suyos. No tanto por el fondo de la reforma, que no ha entrado a valorar, sino por la formación con la que se ha llegado al acuerdo. “Si se quitaran ellos la mordaza y pudieran de una vez pedir perdón y reconocer el dolor de las víctimas ya sería suficiente”, criticaba.
El presidente de Castilla-La Mancha se volvía así a desmarcar de cualquier entente con los independentistas en el Congreso. Al mismo tiempo ironizaba sobre la cesión del Ejecutivo a los abertzales, cuyo voto es imprescindible para sacar la reforma adelante, al igual que el del resto de socios de la investidura, al señalar que “está muy bien que el pacto sea con una organización que se dedicó a poner una mordaza al pueblo vasco durante tantos años”.