Yago Álvarez, divulgador especializado en temas económicos como fiscalidad, deuda, economía digital; activista en distintos movimientos sociales y organizaciones relacionadas con la economía, visitará el viernes el Club, acompañado por Adriá Junyent, del área de Juventud de CCOO; José Manuel Zapico, secretario general de CCOO en Asturias y Francisco de Asís, director general de Juventud del Gobierno del Principado. El encuentro estará moderado por Helena Plaza Martín, dirigente juvenil.
Crítica feroz al liberalismo fiscal
“Cuando los bancos centrales dicen que pretenden enfriar la economía se refieren a que, en el mejor de los casos, pretenden provocar una crisis que afecte principalmente a los sectores más vulnerables de la población y envíe a la quiebra a las empresas que tengan un menor margen y más dificultades”, se lee en Pescar el salmón (Capitán Swing, 2023), un libro con el que Yago Álvarez (O Porriño, 1980) busca desentrañar la confluencia de bulos, narrativas y poderes que se produce en la prensa económica para generar una realidad irreal. Una madeja de intereses que hace que los recortes en ayudas sociales sean “reorientación del gasto público”; regalar empresas públicas, “externalizar”; abaratar el despido, “aumentar el dinamismo laboral”; o permitir que multimillonarios evasores de impuestos legalicen su dinero no declarado, “amnistía fiscal”.
Álvarez lleva varios años navegando en las turbulentas aguas de la información económica. Como responsable de la sección de economía en El Salto, heredera de El Salmón Contracorriente —un proyecto activista de comunicación que se integró en el proceso de transformación de Diagonal del que nació este medio—, en sus redes sociales y en sus apariciones en programas de televisión, ha ofrecido una visión diferente a la establecida. “Toda la prensa salmón y la gran mayoría de las secciones económicas de los medios generalistas defienden que no hay más alternativa que la neoliberal”, resume en el libro, que supone un nuevo movimiento en su batalla por una información económica situada pero rigurosa, orientada a dotar de herramientas para el análisis a quienes sufren las decisiones tomadas en un campo que se presenta aséptico y neutral pero que está plagado de minas ideológicas. Álvarez explicita las diferentes técnicas que traducen en lo formal esa orientación ideológica determinada que, en su opinión, conduce la actividad de la prensa económica: sesgos, empleo de eufemismos, profusión de datos sin contexto, anglicismos… También recuerda el papel que juegan los grupos de presión empresariales, a través de sus fundaciones y otras instituciones. Suelen aportar las voces “conocedoras” de la materia, los expertos que saben de lo que hablan, aunque sus intereses de parte resulten en ocasiones escandalosos.