El desastre deportivo que azota al Valencia CF en este inicio de temporada 2024/25 no es más que una consecuencia de la crisis institucional, societaria y financiera en la que vive anclada la entidad desde hace varios años. El hartazgo con Peter Lim y quienes dirigen el club en la ciudad ya ha llegado a su límite, pero la escasa capacidad de maniobra para ponerle solución es lo que más desespera al valencianismo. Y mientras la afición ‘estalla’ semana tras semana, partido tras partido, por el rumbo que empieza a tomar la situación, todos y cada uno de los responsables parecen esconderse detrás de Rubén Baraja, que es a quien le ha tocado dar la cara en la mayoría de momentos difíciles desde que asumió el cargo de entrenador del Valencia el mes de febrero de 2023.
El Pipo se ha convertido en un escudo perfecto para Meriton tanto en lo que ocurre sobre el terreno de juego como públicamente en temas que no responden estrictamente a lo futbolístico. Y es que el entrenador del Valencia es siempre el primero, y muchas veces el único, en dar explicaciones ante cualquier tema que marque la actualidad del club. Peter Lim, máximo accionista desde 2014, no pisa la ciudad prácticamente desde el año 2019 y jamás ha dado la cara en ningún tipo de situación que afecte a la entidad. Para eso delega responsabilidades en sus personas de confianza seleccionadas para llevar las riendas del Valencia CF, como por ejemplo la actual presidenta LayHoon Chan. Aunque la realidad es que la mandataria singapurense tampoco acostumbra a dejarse ver ni comparecer públicamente cuando una presidenta debe hacerlo. La Junta General de Accionistas anual y el cierre del mercado de fichajes son las únicas dos oportunidades para que el valencianismo sepa de su presidenta.
En el club existe el cargo de portavoz y está ocupado desde 2022 por Javier Solís. El también director corporativo sí se deja ver más, sobre todo en previas y postpartidos del Valencia CF. La última vez fue hace aproximadamente 15 días y tuvo que tratar el tema de Rafa Mir, que estaba en su máximo apogeo, aunque pudo salir del paso sin la necesidad de enfrentarse directamente a una situación ya de por sí delicada. Quien acostumbra a aportar las explicaciones que lógicamente exige la afición y la empresa es, sin embargo, Rubén Baraja, que ha tenido que contestar preguntas sobre ese tema cada semana desde que ‘explotó’.
Apartado deportivo
En lo futbolístico la película no es distinta. El equipo no está respondiendo en este inicio de temporada y, cuando algo así ocurre, las primeras miradas suelen apuntar directamente a quien ocupa el banquillo. Sin embargo, el caso concreto del Valencia es particular, ya que el Pipo está obligado a competir con una plantilla cada curso más debilitado a la que la dirección deportiva, con Miguel Ángel Corona a la cabeza, y la mayoría accionarial, Peter Lim, no dedican el tiempo que debería. Cabe recordar que este verano, a pesar de la venta de Mamardashvili por valor de 35 millones de euros, el club invirtió en refuerzos la irriosoria cantidad de 1,350 millones de euros, el tercer registro más bajo de LaLiga. En lo referente al terreno de juego, a los jugadores también se les puede pedir más, y de hecho el primero en hacerlo ha sido el propio Rubén Baraja, que de alguna manera alzó la voz tras la debacle en San Sebastián. «Tenemos que espabilar, ya está bien».