Durante meses, Israel tuvo conocimiento de la ubicación del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, antes de lanzar el ataque que acabó con su vida, según informaron tres altos funcionarios de defensa israelíes al New York Times el sábado. El líder terrorista murió el viernes en un ataque israelí dirigido contra la sede subterránea de Hezbolá en Beirut.

La decisión de eliminar a Nasrallah se tomó en los días previos al ataque, sin notificar a Estados Unidos, de acuerdo con un informe israelí. Funcionarios anónimos señalaron que Jerusalén temía perder la oportunidad de atacar si esperaban más tiempo. La planificación de la operación tuvo lugar mientras Israel y Estados Unidos discutían un posible alto el fuego en la región. Paralelamente, el primer ministro Benjamin Netanyahu se preparaba para su discurso en la Asamblea general de las Naciones Unidas en Nueva York, al cual partió el jueves por la mañana.

Según dos funcionarios, más de 80 bombas fueron lanzadas durante el ataque, destruyendo seis edificios en el sur de Beirut. El sábado por la mañana, Hezbolá confirmó la muerte de Nasrallah, junto con la de Ali Karaki, comandante del frente sur del grupo terrorista, quien había sobrevivido a un intento de ataque días antes. Sin embargo, los funcionarios israelíes afirmaron que Hashem Safieddine, primo de Nasrallah y su posible sucesor, no se encontraba en el búnker subterráneo que fue atacado.

Nasrallah fue blanco de decenas de bombas antibúnker lanzadas por aviones de combate de la Fuerza Aérea de Israel sobre la sede principal de Hezbolá, ubicada en los suburbios del sur de Beirut, una zona conocida como Dahiyeh y considerada un bastión del grupo terrorista. Según altos mandos de la Fuerza Aérea israelí, el ataque se desarrolló sin contratiempos, sin errores ni resistencia de fuego enemigo hacia sus aviones.

El comandante del 69º Escuadrón de la Fuerza Aérea de Israel (IAF) aseguró a los periodistas que la operación se ejecutó con precisión y sin fallas, tanto en inteligencia como en planificación y ejecución. Este escuadrón, con base en Hatzerim, en el sur de Israel, cuenta con aviones de combate F-15I, y la mitad de los pilotos que participaron en la operación eran reservistas. “Fuimos a atacar el corazón de Beirut, en Dahiyeh. Sabíamos a quién queríamos atacar”, afirmó el comandante, identificado solo por su inicial hebrea.

Por su parte, el general de brigada Amichai Levin, comandante de la base aérea de Hatzerim, destacó que la misión fue “muy compleja” y planeada con mucha antelación. Durante el ataque, “no se dispararon misiles contra los aviones… y no hubo peligro para las tripulaciones”, detalló. Además, agregó que “decenas de municiones alcanzaron el objetivo en cuestión de segundos con una precisión muy alta, lo cual es necesario para atacar sitios subterráneos a esa profundidad”. Levin prevé que la eliminación de Nasrallah tendrá un “efecto profundo que cambiará la faz del Medio Oriente”.

El canal israelí Canal 12 informó que Netanyahu aprobó el ataque poco antes de intervenir en la Asamblea general de la ONU. La decisión, inicialmente aprobada por el gabinete el jueves por la noche, contó con el respaldo del ministro de Defensa, Yoav Gallant. Un funcionario estadounidense confirmó al Times of Israel que Washington fue notificado solo después de que los aviones ya estaban en el aire y la operación estaba en marcha. Esto ocurrió mientras Estados Unidos creía que mantenía negociaciones de buena fe con Netanyahu y el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, sobre un posible cese de hostilidades en el Líbano.

Cuando se llevó a cabo el ataque, la administración estadounidense se sintió engañada, según Canal 12. La cadena detalló los días de consultas entre Netanyahu, ministros y altos mandos de defensa sobre el plan. Aunque no proporcionó una fuente específica, estas filtraciones anónimas suelen ser comunes en medios hebreos. Según el informe, el plan se consolidó el lunes y fue discutido el miércoles. Una reunión inicial con el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, Herzi Halevi, el jefe del Mossad, David Barnea, el jefe del Shin Bet, Ronen Bar, y Gallant brindó un apoyo unánime al plan. Sin embargo, algunos ministros, como el de Finanzas, Bezalel Smotrich, se opusieron al ataque por temor a que afectara operaciones en Gaza.

Finalmente, el viernes, el gabinete dio su aprobación condicional. Halevi informó a Gallant que estaban listos para continuar con la operación ya que tenían la certeza de que Nasrallah se encontraba en el búnker. Tras una llamada a Netanyahu, quien se encontraba a punto de hablar en la ONU, el primer ministro autorizó la misión. Apenas una hora después de su discurso, la IAF lanzó el ataque sobre Beirut, el cual fue considerado un completo éxito por las autoridades israelíes.

Fuente