Real Academia de Ciencias, casi 200 años de historia y 16 óleos presidiendo su salón de plenos, todos hombres. Ana Crespo es la primera mujer presidenta. Esta semana celebraba su primer acto oficial en esa institución, la apertura del curso. Esta bióloga canaria, experta en líquenes, es una apasionada de la ciencia. En 1847 otra mujer, la reina Isabel II, fundó esta academia. Un enorme óleo preside el despacho de la presidenta, junto a un retrato, mucho más discreto, de Santiago Ramón y Cajal. El científico está muy presente en este edificio, que en su día visitó Eistein y que tuvo como presidente a otro Nobel: José Echegaray. Entre tantos hombres ilustres, también está ella: Margarita Salas, la primera mujer académica. Entró en la institución en 1986. Crespo colocó su foto en el salón de plenos, junto a los cuadros de todos los presidentes. Hoy ya son 37 las mujeres académicas, todavía pocas: un 24% de los 155 miembros de la academia. Pero crecen rápido, porque cada vez hay más científicas en puestos de liderazgo y porque los nuevos estatutos obligan a que de cada cinco nuevos académicos, dos sean mujeres. Con 76 años, un hijo y tres nietos, Crespo ha conseguido demostrar que se puede. Ha abierto una puerta que estuvo cerrada para ellas 177 años. Las que vengan detrás, la encontrarán abierta.