Movistar Plus+ presenta Paparazzi, un documental clave para entender la trastienda de la prensa del corazón. Con motivo de su puesta de largo ante los medios, Santi Acosta se somente a las cuestiones de ElPlural.com en esta entrevista: el periodista se pronuncia sobre temas clave como las imágenes de Bárbara Rey y Juan Carlos I, la evolución de la industria y hasta las críticas recibidas por presentar ¡De Viernes! en Telecinco.
El próximo domingo, 29 de septiembre, Paparazzi se estrena en la plataforma con un objetivo: hacer un recorrido a través de la profesión y su impacto en los medios a lo largo de tres capítulos. Este proyecto es una producción de Movistar Plus+ en colaboración con Kometa Producciones Audiovisuales, dirigido por Santi Acosta y Nuria López Escribano (‘Salvar al Rey’) y producido por Álvaro García-Pelayo y Valentine Lorant.
PREGUNTA (P): ¿Está condenada a muerte la prensa del corazón?
RESPUESTA (R): Yo creo que no, creo que la curiosidad por la vida de los otros es inherente al ser humano. Que ha ocurrido desde el Paleolítico y que va a seguir ocurriendo siempre. Siempre habrá prensa dedicada al mundo del corazón. Otra cosa es cómo y en qué soporte, pero existirá siempre.
(P): ¿Cómo surge la idea de poner en marcha el documental y a qué reflexión se llega en estos tres capítulos?
(R): La historia comienza porque vimos junto a una agencia de prensa del corazón, con paparazzis, y un día hablando con ellos, siempre nos han interesado sus historias. Sus historias nos atacaron y dijimos, ‘tenemos que hacer esto porque son historias maravillosas que no se conocen’. A veces se conoce la portada o al paparazzi, pero no sabemos cómo se ha hecho.
La forma de hacer y conseguir las fotografías nos pareció increíble, como veréis en el documental. Las historias también son un reflejo de cómo ha sido el cambio social y cultural de los españoles. Echas la vista atrás y ves no solo el tipo de fotografías que interesaban en un momento dado y las que interesan ahora, sino la forma en la que se conseguían en los 70, 80 y 90.
Todo ha cambiado, todo es reflejo de cómo cambia nuestra sociedad y nos lleva a una reflexión interesante de cómo hemos cambiado.
(P): Paparazzi que cuenta cómo ha conseguido la foto
(R): La obligación del servicio de seguridad de la Casa Real siempre es proteger al rey. Saben que cuando había paparazzis no había nadie que pudiera suponer un peligro porque los paparazzis veían a cualquiera.
Descubrir las estrategias… cada fotografía tiene su estrategia. El paparazzi le cuenta eso al miembro de seguridad y ya no habrá nadie que podrá hacer esa fotografía. Es una fotografía única y no le importaba desvelarlo, ya tenía la fotografía. A ellos les encantan los retos y no les importa cambiar el proceso.
(P): En el documental se habla de crisis, pero sigue habiendo beneficios. Es decir, lo que ocurre es que la competencia se multiplica y los ingresos se dividen…
(R): No tan rentable como era antes. Ellos hablan de crisis porque ya no ganan tanto como antes ni hay tanto número de paparazzis como antes. El mundo del corazón sigue siendo rentable, por eso sigue habiendo publicaciones y estoy seguro de que las habrá siempre.
(P): Entonces, ¿qué contribuyó más a esta crisis? ¿La irrupción de las redes sociales o que se tirasen los precios durante 14 años?
(R): Sobre todo, lo que ha influido es la aparición de las nuevas tecnologías, de las redes sociales. Esto provoca que muchas fotos que antes veíamos una fotografía, ahora las vemos en el Instagram del famoso. Y eso ha hecho que esas imágenes dejen de tener tanto valor económico para el paparazzi y la revista. El director de la revista las coge de Instagram y ya tiene la fotografía.
(P): Claro, pero llegados a este punto hay un doble rasero: algunas fotos dejan de tener valor, pero otras como la de Juan Carlos y Bárbara Rey multiplican su valor…
(R): Los paparazzis presumen a día de hoy de tener la capacidad de sacar una fotografía que el famoso no quiere que salga. Estas fotografías de las que hablas son un ejemplo: aunque no están hechas por un paparazzi, sino por el hijo de Bárbara Rey… pero es lo que un paparazzi hubiera querido hacer. Probablemente, tomadas por un paparazzi, no se podrían publicar por motivos legales. Como son el objeto de un chantaje se pueden publicar.
Al final, la democracia lo que te lleva es a que todos los españoles sean tratados por igual. La Casa Real está ahí porque estamos en una monarquía. Y tienen que ser tratados como cualquier otra institución o persona: con el mismo respeto. No era normal la protección que tenía el rey Juan Carlos, aunque era lógica después toda la dictadura de Franco. Es una consecuencia normal que se le protegiese, como hicieron los medios, pese a que luego se vio de forma innecesaria y hasta negativa. Sin esa protección, no habría podido hacer muchas cosas. Afortunadamente, vivimos en una democracia y todos tenemos que ser tratados con el mismo respeto.
(P): ¿No crees que la prensa en general recibe críticas diferentes en función del personaje que aparece?
(R): Esa es la contradicción en la que vivimos muchas veces. No tenemos un pensamiento único o criterio lógico. En España somos así muchas veces con la información, criticamos cosas que no tiene sentido criticar.
En función del personaje, muchas veces se trata a la prensa de una forma u otra. No es lo mismo el personaje que aparece en un periódico de tirada nacional, que sería un referente público a alguien que aparece en un programa de corazón en una revista independientemente de lo que diga. Un periodista económico puede mentir más que uno del corazón, de hecho, estos tienen que enseñar las fotografías. Hay muchas veces en las que el soporte o el contexto en el que se publica provoca que mucha gente lo reciba de una forma o de otra.
(P): Voy a citar una declaración de José María Almoguera: «Hay cosas en televisión que no tenían que haberse permitido». ¿Estás de acuerdo?
(R): Todos nos equivocamos, todos. Yo me equivoco en el programa, seguramente también en este documental. Hay gente que en televisión se ha equivocado en un momento dado, pero también en un periódico o en casa. Hacemos daño a alguien. Yo creo que habitualmente sin querer, no sé a qué errores se refiere él, pero estoy convencido de que es su verdad.
(P): Y partiendo de esto, ¿cuál crees que es la evolución lógica de la prensa del corazón?
(R): Es un cambio parejo al cambio que hacemos como sociedad. Hoy hay cosas de los 90 que nos escandalizan y seguramente en unos años veremos cosas de hoy en día que nos escandalizarán. Vamos cambiando como sociedad, la ley irá regulando la prensa y también nosotros como lectores iremos cambiando también. ¿Hacia dónde cambia? Esa es la pregunta del millón. Quien consiga ver hacia dónde cambia, conseguirá que su publicación o programa cambie. El que da el primer paso y acierta es el que se lleva el gato al agua.
(P): ¿Como respondes entonces a las críticas del nuevo corazón de ¡De Viernes!?
(R): Pues no respondo, no sé. Nosotros hacemos algo que creemos que el público quiere ver y lo hacemos con cariño y respeto. El que quiera verlo, pues nos tiene aquí. El que no, pues hay infinidad de canales y plataformas.
(P): Y como profesional del medio, ¿qué opinión te merecen los famosos que reniegan de la prensa del corazón?
(R): Yo veo la información como un producto. Yo hago un programa de televisión que es información, en este caso información personal. Los famosos son dueños de ese producto. Cuando el famoso quiere vender ese producto tiene todo el derecho a hacerlo y cobrar por ello. Cuando el famoso de repente ya no quiere y prefiere retirar el producto, está en su derecho de no publicar nada.
La información, la vida y la historia es de cada uno. El famoso tiene la suya propia, cuando la quiere exponer la expone y cuando no quiere, no tiene por qué hacerlo. Yo no tengo derecho a ir a exigirle que me la exponga porque un día salió en televisión y contó su vida. Yo como periodista estoy ahí para escuchar su historia cuando quiera contármela. Es mi opinión y mi forma de verlo.
(P): Para cerrar, ¿qué ha supuesto a nivel profesional y personal el documental Paparazzi?
(R): Ha sido un placer y una gozada dirigir este documental con Nuria Escribano. Primero porque nos llevamos muy bien y segundo porque hemos descubierto un mundo. Como periodistas, lo que más nos gusta es encontrar historias, nos da igual que sea un albañil o el rey de Europa. Son maravillosas las historias que hay detrás.
