El Valencia de Rubén Baraja no destaca especialmente por su potencial ofensivo, sino más bien por rentabilizar al máximo cada gol anotado a través de una buena defensa. Su estilo, que le hace vivir alejado del área en muchos tramos del partido, exige tener a un delantero trabajador para ayudar al equipo a ganar metros y acertado para aprovechar las pocas ocasiones de las que disponga. Perfil en el que entra Hugo Duro, que entre goles y asistencias acabó representando casi la mitad de la producción anotadora valencianista y que en este inicio de campaña está dibujando una tendencia similar, además de actuar como ‘hombre bolla’ en las salidas en largo.

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